Bilbao - “Para que esta fiesta funcione hay que trabajar todo el año”, desveló ayer a DEIA el productor Iñigo Aurrekoetxea mientras ultimaba los preparativos de su puesto, Loiuko Txosna, y poder así dar la bienvenida a una de las fiestas más populares que vive la villa: Santo Tomás. “Hay que tener en cuenta que el maíz hay que sembrarlo en primavera y la recolecta se hace en octubre. Hay que cuidarlo todo muy bien”, prosiguió. Desde hace más de veinte años esta es una cita obligada para Aurrekoetxea y su familia puesto que trabajan a destajo para que todo salga según lo previsto.

Hace tres días instalaron un puesto en El Arenal y otro en la Plaza Nueva donde ofrecerán todo tipo de productos elaborados en su caserío y desde entonces, apenas han descansado. “Primero nos encargamos de la infraestructura. Ayer, a las 8.00 de la mañana, por ejemplo, ya estábamos aquí para adornar y limpiar”, contó. A su txosna no le falta detalle, de eso se ha encargado Marisol Aurrekoetxea que le ha dado un toque navideño. Por la tarde, tocó cargar en el camión todos los productos que los vizcainos degustarán a lo largo del día. 2.000 chorizos y 100 kilos de morcilla, “que se vende todo”, lomo, panceta? “Traemos talos también para veganos y se vende mucho. Tenemos un obrador en Loiu y lo hacemos de manera artesanal. Por ejemplo, los chorizos los dejamos para última hora porque si se curan una semana antes, hay que envasarlos y de esta manera el producto está fresco”, explicó.

Aurrekoetxea sabe de lo que habla. Su pasión por las ferias las ha heredado de su familia y ha hecho que sepa apreciar los sabores tradicionales. “Es ahí cuando te das cuenta de que el producto es casero”, admitió. En estos tres días, las idas y venidas al caserío familiar Elortabarri no han cesado. “Ya hemos hecho unos ocho viajes en total. Hay que cargar todo el camión porque en Santo Tomás se vende mucho. Aquí se trata de traer lo mejor y de traerlo todo preparado”, confesó. Ayer por la tarde noche, comenzaron a elaborar la masa -200 kilos- para hacer los talos, uno de los productos más típicos de la fiesta. “Cuatro o cinco mujeres se ponen al frente de la plancha y hasta las 20.00 horas esto será un no parar”. Para que nada fallase, una persona se quedó toda la noche custodiando su puesto. “Queremos que todo salga perfecto”. Pero dejando la comida a un lado, Aurrekoetxea también le da importancia a la bebida. “Traemos txakoli, sidra, vino, refrescos y agua. Lo que antes se acaba es el txakoli y la sidra, pero traemos bastante para que no nos falte”, afirmó.

Los talos, a prueba Este año será especial para los productores ya que por primera vez, sus talos serán valorados por un jurado de expertos en la materia. Entre las 10.30 y las 11.00 horas recorrerán los puestos participantes para recogerlos y así poder degustarlos. Para ello, tendrán en cuenta el color y la apariencia, la calidad de la harina, el sabor y el punto de cocción entre otras cosas.

Eduardo Abasolo, Susana Abasolo, José Antonio Abasolo y Nelu Zirpean serán uno de los participantes de este primer concurso. Su txosna Abasolo de Balmaseda es la más antigua de las fiestas de Santo Tomás y esta nueva edición pretenden de nuevo conquistar a los vizcainos con los mejores pintxos. “Esto se debería haber hecho hace muchos años, pero si no ganamos tampoco pasa nada”, admitieron.

La experiencia ha hecho que este grupo organice todo “semanas antes a esta fiesta”, admitió Eduardo que desde los 17 no ha faltado a esta gran cita del agro vasco. “Ahora tengo 48 y no puedo fallar porque me gusta. Cuidamos todos los detalles y esperamos vender todo”, dijo. Sin duda, Santo Tomás es una fiesta familiar en la que se cita a los mejores productores agrícolas y ganaderos de toda Bizkaia y donde se mezcla la fiesta y la tradición. “Esta es la mejor feria”, concluyeron.