Zankoeta: De matar microbios a atender al ciudadano
En octubre de 1918, el Ayuntamiento de Bilbao trasladó a un edificio construido expresamente para sus funciones el Servicio de Desinfecciones, que se había creado para luchar contra enfermedades como el cólera
Hace cien años Bilbao aún temía al cólera y para combatir esta y otras enfermedades infecciosas el municipio levantó un edificio destinado a la lucha contra los microbios con los medios más modernos de la época. El edificio del Servicio Municipal de Desinfecciones, ubicado en la calle Zankoeta, acaba de cumplir cien años y ahora alberga un centro municipal de distrito al servicio de los vecinos de Bilbao, pero antes de asumir esta nueva función su construcción y gran parte de su existencia han estado marcadas por el combate contra epidemias infecciosas más propias de otros tiempos, como el cólera, el tifus, la viruela, la escarlatina o la difteria.
El edificio, de estilo modernista diseñado por Ricardo Bastida en 1916, inició sus funciones como Servicio Municipal de Desinfecciones en octubre de 1918, coincidiendo con una grave epidemia de gripe y cerró este ciclo en 2009 como sede de las ambulancias municipales.
Señala el doctor Juan Gondra Rezola en su libro El Servicio Municipal de Desinfecciones de Bilbao, editado por Bilbao Ría 2000, que el encargo, construcción y puesta en marcha del edificio de Zankoeta supuso dotar de una “sede digna” al servicio y a los equipos de trabajo creados 33 años antes en respuesta a una epidemia de cólera extendida en España y que amenazaba a la capital vizcaina, que en esa época recibía miles de personas de otras regiones de la península en busca de trabajo. Esta epidemia, que era la tercera a lo largo del siglo, no llegó a afectar a Bilbao, aunque sí causó víctimas en la Margen Izquierda y Zona Minera, y cuentan los expertos que fueron las medidas de desinfección y control de la población potencialmente portadora del cólera las que mantuvieron a Bilbao a salvo de la enfermedad.
Miedo al cólera Hoy en día resulta difícil entender el miedo que ese tipo de epidemias generaba en la población y en las autoridades locales y provinciales y parece que el cólera es una enfermedad lejana en el tiempo y en el espacio. La realidad, sin embargo, es otra y en estos momentos hay casos de cólera en muchos países de África y América, aunque la calificación de epidemia no siempre se ajusta al número de casos o a su extensión, ya que las autoridades políticas y sanitarias son reacias a utilizarla por el estigma que eso supone para una zona o país.
Mientras oímos hablar de los muertos causados por el cólera en Zinbabue o en Yemen, la memoria viaja al Bilbao de principios del siglo XX gracias a los paneles explicativos que se encuentran en el actual centro municipal de Zankoeta, un edificio en el que finalmente no fue necesario combatir contra esa enfermedad, pero sí contra otras infecciones o riesgos sanitarios.
Según explica el doctor Juan Gondra, para cuando el Servicio de Desinfecciones se dotó de una sede en condiciones, construida expresamente para su labor, con zonas diferenciadas entre los materiales infectados y los limpios, bien equipada y avanzada para su época, las epidemias más temibles ya no amenazaban a Bizkaia. Y con el paso de los años y las mejoras sanitarias e higiénicas, la labor de los fumigadores, de las calderas de vapor o las lejiadoras para acabar con los microbios fue haciéndose menos necesaria. “A partir del final de los años cuarenta la vacuna había casi erradicado la viruela, los antibióticos habían quitado importancia a algunas enfermedades infecciosas. La aparición de un tratamiento efectivo contra la tuberculosis en los primeros cincuenta supuso el final de la mayor parte de las enfermedades que requerían desinfección de las viviendas y enseres de los enfermos. Quedaron algunas actividades residuales como desinfección de calabozos, recintos festivos y feriales, etc. Hacia 1990-1995 se utilizaron otros medios para cubrir las pocas funciones que restaban en el Servicio de Desinfecciones de Bilbao”, señala Juan Gondra al ser preguntado sobre la necesidad de las labores realizadas en Zankoeta en los últimos años de funcionamiento de este servicio.
Respecto a la maquinaria y los equipos instalados en el edificio de Zankoeta en 1918, el doctor Gondra afirma que “todo el conjunto era efectivo contra aquellas infecciones que son capaces de transmisión a humanos a través de ropas o enseres” y recuerda que los principios que inspiraron el centro y el servicio de desinfecciones “seguían un modelo francés”. “Barcelona copió a París y Bilbao copió a Barcelona”, asegura este experto en la historia médica de Bilbao.
En su obra sobre el Servicio Municipal de Desinfecciones, Juan Gondra expone que fue la corriente europea del higienismo la que hizo ver a las autoridades locales la necesidad de aplicar medidas de salubridad y combatir los focos de infecciones con productos y técnicas de limpieza y desinfección. “El higienismo -señaló a DEIA- tuvo la virtud de descubrir que muchas enfermedades tenían como una de sus causas problemas sociales (pobreza, infravivienda, hacinamiento, alimentos adulterados, etc.), el medio ambiente y/o los hábitos de vida. Pero no valoró los avances de la Microbiología y sus ideas quedaron olvidadas hasta que en la década de 1970 el mundo occidental volvió a dar importancia a los hábitos perjudiciales para la salud y al daño causado por un medio ambiente insalubre. Una de las consecuencias del auge de la Microbiología fueron aquellos servicios de desinfecciones, hoy desaparecidos, aunque muchas de sus prácticas siguen siendo utilizadas en la vida cotidiana. En el uso doméstico de la lejía, la lucha contra las infecciones hospitalarias o de quirófano, lucha contra infecciones nuevas como el ébola, o normas de vida para las personas con defensas débiles. Pero ya no tienen sentido servicios como el de la calle Zankoeta”
Más en Bilbao
-
Bilbao colocará ocho pianos en diferentes puntos de la ciudad
-
Bilbao celebra la diversidad africana con música, baile y fútbol en el cierre de Afrika Eguna
-
Ibilaldia 2026 la organizará una ikastola de Bilbao
-
Modelo de OTA: “Quizás los barrios altos tengan que funcionar de forma diferente al centro de Bilbao”