curso nuevo... vida nueva. El fin de las vacaciones se ha convertido en el momento de hacer la lista de propósitos de año nuevo; septiembre es el nuevo enero. Apuntarse al gimnasio, mejorar el inglés, dejar de fumar... son muchos los retos por delante. Septiembre es, por tanto, el mes de las matriculaciones. Las academias de baile, gimnasios, piscinas, centros de idiomas o aulas de pintura se encuentran inmersos en el proceso de inscripción de sus nuevos alumnos. Es el caso de la Escuela Oficial de Idiomas (EOI) y la Cámara de Comercio de Bilbao, dos de los referentes para aprender idiomas en la capital vizcaina.

Sonia García, jefa de estudios de la EOI, y Kepa Jugo, responsable de idiomas de la Cámara de Comercio, coinciden en el diagnóstico. Tras un importante aumento del volumen de alumnos durante los años de la crisis, en los últimos tiempos están percibiendo un “bajón”. “El inglés fue algo muy recurrente cuando la gente se quedó en paro”, explica Jugo, quien asegura que los efectos de aquella recesión han dejado “un poso”. “La crisis despertó a las empresas y a la gente. Por un lado, ahora se requieren nuevos perfiles profesionales, en los que se prioriza el bilingüismo. Por otra parte, la gente que se quedó en paro y se puso a estudiar inglés pensó: no quiero que esto le pase a mis hijos. Por eso, ahora mismo hay una presión muy grande hacia los niños”, explica Jugo. Como dato, señala que “en tres o cuatro años han surgido muchas academias, franquicias para los niños y todos los colegios, absolutamente todos, se han puesto las pilas”.

Según el análisis del responsable de la Cámara de Comercio, la presión que antes había en los adolescentes y jóvenes se ha desplazado ahora a los niños y “el objetivo de los padres ahora es que su hijo tenga el Advance antes de que entre en la universidad”. Se trata, en definitiva, de un cambio en la mentalidad que abarca también a colegios y centros universitarios. “De aquí a un futuro cercano los profesores van a tener que saber inglés y, de hecho, algunas asignaturas ya se están dando en inglés”. La jefa de estudios de la EOI sostiene, por su parte, que se debería de ampliar la oferta de otros idiomas y para ello propone la creación de otra escuela oficial en Bilbao.

Adrián Meléndez tiene 18 años y estudia un doble grado de Física e Ingeniería Electrónica. Esta semana se ha acercado a la Cámara de Comercio con la intención de apuntarse a Sexto de inglés, equivalente a un nivel B2. En el mismo nivel está Durga Poudel, nepalí residente en Bilbao desde hace años. “He estado trabajando muchos años y no tenía tiempo, ahora que no trabajo quiero estudiar otra vez”, explica Durga, que también está barajando las opciones.

“Antiguamente, el nivel de inglés mayoritario era un B1, ahora el más numeroso es el B2, el C1 es bastante grande y el C2 también se está haciendo grande. Antes, un C2, que es un Proficiency, era casi inalcanzable”, explica Jugo. “A diferencia de nosotros, los chavales tienen ahora un muy buen nivel oral de inglés, entienden mucho y hablan bien, y eso es porque ven la televisión a demanda, a través de Internet, y ven las series en versión original”, añade. Las cifras de alumnado que están manejando en los últimos tres años en la Cámara de Comercio ronda las 3.000 personas, y el curso más demandado es, generalmente, inglés de 6 a 8 de la tarde. Como novedad, han incluido un curso junior, para jóvenes de 12 a 15 años. “Los idiomas se aprenden mejor cuanto más joven eres y estamos siendo conscientes de ello”, sostiene Jugo.

El responsable de idiomas de la Cámara de Comercio ve en este progresivo cambio de mentalidad otra consecuencia: “Hay una pregunta recurrente últimamente, ¿los títulos caducan? No, pero ¿qué validez tiene un First de 2005? Los chavales que se han ido a Inglaterra en los últimos años a trabajar nos cuentan que lo que les piden son certificados de nivel de inglés que demuestren el nivel de inglés que tiene la persona en el momento. Nosotros no ofrecemos todavía esos cursos, pero el British Council ya lo hace, y las pistas que da el British Council son muy buenas porque es a nivel mundial”. “La sociedad es la que marca la pauta y nos lo estamos planteando”, concluye.

Actividad física, el clásico

La piscina, el gimnasio, los cursos de diferentes modalidades de actividad física son los grandes clásicos de la vuelta de vacaciones. Después del sorteo de las citas previas, los polideportivos municipales comienzan este lunes el periodo de inscripciones. Este año, Bilbao Kirolak ofrece un total de 73 cursos y 23.152, es decir, un 5% más que el año anterior. Algunos ya se habían adelantado esta semana al periodo de inscripción y calentaban ya motores en el centro de actividad física de Azkuna Zentroa. Es el caso de Iera Aranburu y Karmele Herrán, madre e hija, que salían de una sesión en el gimnasio. La primera trabaja en una administración de lotería y asegura que “como mi trabajo es muy poco activo, necesito venir al gimnasio para no oxidarme”. Su objetivo es “tonificar el cuerpo, mantenerme, estar activa”, explica. A su madre, en cambio, le gustan más las clases guiadas. Tiene tarifa Premium y combina Spinning con GAP, entre otras actividades. “Es más divertido y, además, conoces a más gente”, señala.

Esteban Basterrechea, por su parte, acudía a la piscina “por prescripción médica”. “Probablemente, más adelante, mire otra actividad”, aseguraba, animado. Según Koldo Elorriaga, responsable del área de actividad física de Azkuna Zentroa, este año ha aumentado un 3% el número de preinscripciones en los cursos. Se trata, en cambio, de cifras iniciales, no definitivas, a falta de las inscripciones. Además, durante los primeros meses, existen también bajas, las de aquellas personas que, contagiadas por el espíritu del verano, realizan una lista de propósitos demasiado ambiciosa. “Solemos gestionar lista de espera, vamos llamando conforme se van librando las plazas. Este año nos ha sorprendido la demanda que ha tenido yoga, tenemos ocho cursos de 22 plazas y en uno de ellos tenemos una lista de espera de 153 personas”, explica Elorriaga.

Otro clásico es hipopresivos, pilates, aprendizaje de natación, sobre todo en niños. “Necesitaríamos otra piscina para cubrir toda la demanda”. Además, este año ofrecen, por segundo año, yoga infantil. “Queremos repetir porque funcionó muy bien”. Sevillanas también se llena año tras año. “Ese sí que es éxito asegurado”.

Y como ocurre con los idiomas, las tendencias también van cambiando con el paso del tiempo. “Antes, la gente se apuntaba una o dos veces a aeróbic y ahora se han dado cuenta de que pueden flexibilizarlo con la tarifa Premium, de forma que hoy van a aeróbic, mañana a spinning, etc. Estamos viendo que existe el mismo volumen de gente, pero hay un trasvase de gente entre cursos”, señala Elorriaga.

Septiembre ha echado a andar y con él infinidad de listas de propósitos. ¿Se cumplirán este año?