HOY es un día muy especial para nosotros porque nuestros diques cumplen 150 años”. Con esta cita daba inicio a su discurso el director general del Museo Marítimo, Jon Ruizgómez, y agradecía con orgullo la labor que desempeñaron los trabajadores de aquella época para construir estas infraestructuras que hoy tienen un alto valor histórico y patrimonial.

Para celebrar este acontecimiento, el Museo Marítimo aprovechó la ocasión para estrenar un nueva exposición permanente bautizada como Erain. Se trata de un taller de carpintería de ribera del siglo XX de Bizkaia y que recopila herramientas e imágenes reales de como se construían y arreglaban embarcaciones.

Los diques secos son desconocidos para muchos. Por este motivo, la entidad no quiere que queden en el olvido. Fer Navarro, creador audiovisual, les ayudó en la causa y preparó un documental plagado de datos e imágenes para difundir el valor de estas infraestructuras a la sociedad bilbaina.

Un cortometraje que ya ha sido editado en cuatro idiomas -euskera, castellano, inglés y francés- y cuenta con dos versiones reducidas en euskera y en castellano. “Todo esto ha sido el resultado de muchos meses de investigación en la que hemos estado trabajando codo con codo recopilando imágenes, tirando de archivos, contrastando datos y nutriéndonos de muchas fuentes”, decía el director.

Unos diques que fueron adquiridos en 1900 por la compañía Euskalduna de construcción y reparación de buques y que durante ocho décadas sirvieron para construir más de 300 barcos de gran porte. Hasta la fecha se mantienen los tres diques. El primero es el más antiguo que se conserva en todo el Estado y se utilizaba para construir barcos.

Actualmente, en su interior, se conservan embarcaciones originales que adquieren un valor especial por su historia. Entre ellas destacan: el Portu, el Auntz Mendi y el nuevo Anchustegui. El dique dos, por su parte, se utilizaba para la reparación a fondo de los buques y el último permitía trabajar con buques de mayor tonelaje. “Los diques fueron construidos gracias al tesón y a la visión estratégica e innovadora de las personas que los promovieron”, añadió Ruiz.

El acto contó también con la presencia de la escritora Miren Agur Meabe, que quiso estar presente para homenajear, en gran parte, a sus aitites que trabajaron en la mar. “Si estuviesen aquí presentes, seguro que se les caía alguna lágrima”. “Mi abuelo materno dejó el caserío para venir a Bilbao a trabajar al Euskalduna como carpintero”, contó. En honor a ellos recitó un poema cargado de sentimientos.

La exposición La muestra Erain hace un recorrido por la historia de los astilleros del siglo XX. Herramientas, imágenes, maquinaria... son los elementos que componen este espacio y para el que han colaborado un gran grupo de profesionales que han aportado diferentes visiones. “Los voluntarios de Itsas lagun, trabajadores del museo y alumnos de Bellas Artes, entre otros, hemos levantado esta colección que nos ayuda a entender esta época”, afirmó Jon Ispizua, responsable de Erain. Además, ahora todos trabajan para restaurar una de las grandes joyas del museo: el Anchustegui. Ya han empezado pero aún queda mucho por hacer.