El diseño y la producción de unos gorros imposibles de vender fueron el germen de un proyecto mucho más ambicioso que se gestó en Bristol. Un grupo de estudiantes del grado de Liderazgo Emprendedor e Innovación de Mondragon Unibertsitatea descubrió en un viaje de estudios en la ciudad inglesa un establecimiento multimarca en el que el accesorio que habían confeccionado podía tener cabida. “Ojalá hubiera una tienda así en Bilbao”, fue el pensamiento que se impregnó en estos jóvenes emprendedores que se han decidido llevarlo a cabo. El primer paso para ello ha sido la primera edición de Ants PopUp Market, un mercadillo que hoy tendrá continuidad en Rampas de Uribitarte, donde se congregan varias marcas de moda locales.

Elisa Belaustegi, Iñigo Apraiz y Marina Serrano son tres de los 14 estudiantes que componen el grupo que se cobija bajo la marca Tandem, cuyos intereses se relacionan con la moda responsable. “Los jóvenes emprendedores necesitan oportunidades”, defienden. “Es muy difícil prosperar cuando tienes tu marca y tu sueño, competir con los grandes. Queremos marcar la diferencia y ofrecer un espacio donde haya una oportunidad de venta para artículos únicos”, concreta Apraiz sobre el espacio que en esta ocasión ocupan Kiribiltxo, La Pazzarella, Con S de Su, Agaufield, Lágrimas de Cocodrilo y MyBu.

Al otro lado de la sala, Leire Cano y Jone Urrutikoetxea, otra parte del equipo, tienen un puesto de tazas ecológicas de bambú. “Creemos en la conservación del medioambiente; queremos que se reutilicen los envases y dejemos de comprar las botellas de agua que contaminan bastante”, indican las jóvenes que también han importado la iniciativa de Bristol, donde todos los estudiantes universitarios las utilizan. “Queremos expandir esta idea al resto del Estado”, se marcan como objetivo estas emprendedoras que en el primer curso de su grado deben llegar al reto de facturar 2.500 euros por persona.

La iniciativa ofrece la oportunidad de darse a conocer a emprendedores como Vanesa Quinetala, propietaria de la tienda La Pazzarella de Santur-tzi. “Me ha encantado el sitio porque está a pie de calle y tiene una cristalera por la que se ve todo”, afirma esta comerciante, que ha conseguido clientela fiel tras participar en varios mercadillos. Esa es la estela que quiere seguir Nieves Arnai, de Agaufield, firma de bisutería que creó hace solo seis meses tras quedarse en paro.