Las excavadoras entran a dragar el dique que albergará un túnel del viento en la ría
Supone el inicio de los trabajos de un proyecto que cuenta con el visto bueno de Costas y que tendrá una piscina de olas
Bilbao - Las obras para la construcción del edificio con forma de barco que albergará un túnel del viento y una piscina de olas frente al Museo Marítimo de Bilbao están a punto de iniciarse. La excavadora con la que dragarán el dique húmedo antes de cerrarlo con un muro de hormigón fue transportada ayer a la zona donde emplazarán este nuevo centro de ocio de la ciudad. La iniciativa, promovida un inversor ruso no ha conseguido el visto bueno del Ministerio de Medio Ambiente, a través de Demarcación de Costas, hasta hace escasos meses, pese a que fue presentada hace cuatro años. Aunque el proyecto inicial preveía una inyección económica de 8 millones de euros, no ha trascendido la inversión final que requerirá tras las modificaciones que se han ido incorporando a lo largo de estos años.
De hecho, la iniciativa se está desarrollando con absoluta discreción y las personas vinculadas a la misma no han querido adelantar nada del proyecto que, aseguran, será definitivamente presentado en enero. Sin embargo, algunas fuentes revelaron que ayer mismo el promotor ruso, impulsor el centro de ocio cuya infografía ha compartido en las redes sociales, estuvo en las inmediaciones del dique para seguir de cerca los trabajos que están por comenzar. Este paracaidista e ingeniero creó la empresa TecnoFly Bilbo S. L. para llevar a cabo este proyecto, capitaneado por el estudio del arquitecto Iñaki Aurrekoetxea.
Este nuevo centro de ocio, que fue anunciado por DEIA en noviembre de 2014, ha pasado varios años en los cajones hasta que finalmente Demarcación de Costas ha autorizado la ocupación del terreno donde se instalarán el túnel del viento -un espacio cerrado de cristal en forma de tubo en cuya base un gran ventilador genera el suficiente viento como para que el usuario tenga la sensación de volar- y una piscina de olas -un espacio para poder nadar o practicar surf a través de olas generadas artificialmente-. Además, en un inicio, el proyecto contemplaba la inclusión de un restaurante en la segunda planta, el cual tendría dos terrazas con vistas hacia el centro de Bilbao: una a cubierto y otra al aire libre. A lo largo de los años, la iniciativa ha ido mutando en base al plan de negocios que previsiblemente ha sido presentado al Ayuntamiento de Bilbao antes de conseguir el beneplácito municipal. Es más, el Consistorio de la villa lleva meses buscando propuestas para dinamizar la zona después de que el Museo Marítimo [ajeno al proyecto] tuviera que ser rescatado en 2016 a través de una partida extraordinaria de 75.000 euros para evitar que cerrara la persiana y permitir que los trabajadores pudieran cobrar la nómina. El edificio con forma de barco, denominado Kai3, según la infografía publicada por el promotor, supondría un atractivo más tanto para turistas como para vizcainos en una zona de por sí no muy transitada.
Proyecto inicial Según el proyecto inicial, ubicado en el dique húmedo que cuenta con unos 5.000 metros cuadrados, el punto más elevado de la estructura no superará los 28 metros, la mitad de la altura del cercano Palacio Euskalduna. Asimismo, la entrada a la instalación, de más 113 metros cuadrados de largo y casi 18 de ancho, se realizará desde la fachada que mira a la ría. En la zona trasera se ubicará la piscina, un vaso de 9 metros de ancho por 16,5 metros de largo y de una profundidad inferior a dos metros. Será en el centro del edificio donde se ubique el simulador de caída libre, que será acristalada para que pueda ser observada desde varios miradores. En la parte de proa se ubicarán media docena de camas elásticas.
En su día, los promotores justificaron la iniciativa en tres puntos. El primero fue su ubicación, un contexto urbano alejado de edificios residenciales; el segundo, la utilización de la ría, que puede aportar agua del cauce para, después del tratamiento, ocupar la piscina; y, por último, la relación de actividades con el entorno, ya que pretende ser un punto de referencia para surferos y paracaidistas de la zona. Según las previsiones que manejaban, los promotores estimaron que 3.000 personas podrían visitar las instalaciones a diario.