Bilbao - Nadie niega que el otrora gran transatlántico que protagonizara la regeneración urbanística de Bilbao y su entorno, hoy es un mercante que navega con su sala de máquinas al tran tran. Pero continúa su singladura. En su XXV aniversario, y tras un lustro en el que se estudió incluso su disolución, la sociedad Bilbao Ría 2000 se mantiene a flote, con perspectivas y proyectos para los próximos años. Así, lo asegura el alcalde Juan María Aburto, presidente actual de la entidad.

Dígame en una sola frase ¿qué ha significado la sociedad Ría 2000 para Bilbao?

-El acuerdo de diferentes administraciones para la regeneración de Bilbao.

Rotundo.

-Ha sido así.

Si no hubiera existido la entidad ¿contemplaríamos la ciudad que hoy disfrutamos?

-Bilbao, con la apuesta que hicimos en su momento, como ciudad hubiera avanzado mucho, no tengo ninguna duda. Pero creo que, como casi siempre, cuando se busca y se consigue conjuntar voluntades, procurar acuerdos, es más fácil avanzar y el cambio es más profundo, como ha ocurrido en Bilbao.

Y la clave de ese éxito, ¿cuál es?

-La forma de hacer las cosas que tenemos aquí. No es casualidad que Bilbao sea el Ayuntamiento más transparente del Estado desde 2008, que lo mismo ocurra con el Gobierno vasco o la Diputación... Hay un sentido de la responsabilidad, un compromiso, que ha llevado a que Ría 2000, a pesar de que algunos hablen solo de su deuda, sea una sociedad ejemplar.

Su prestigio es evidente en 25 años.

-Esta entidad se vende como modelo de referencia. Nuestro director general, Ángel Nieva, es habitual que le llamen de muchas ciudades para exponer lo conseguido.

Antes me ha dado la clave, pero ¿hay algún secreto oculto? ¿Algo desconocido?

-No, a no ser que sea el consenso con que se ha trabajado en el consejo de administración y el que haya sido una entidad despolitizada.

¿Despolitizada? Si por su consejo han pasado casi todos los partidos políticos.

-A pesar de ello. La relación que ha habido, sobre todo con los gobiernos centrales sucesivos, con el PP y el PSOE alternándose, ha estado por encima de las siglas y en beneficio de la entidad. Y eso desde el primer presidente, el alcalde Josu Ortuondo, al cual le tenemos que estar agradecido, igual que sus sucesores, Iñaki Azkuna e Ibon Areso. Además, la relación entre las administraciones vascas ha sido siempre buena. Ese el secreto.

¿Es importante que el presidente de la sociedad haya sido el alcalde de Bilbao?

-Sí, así no hemos perdido de vista cual era el objetivo, esa transformación de Bilbao y también de Barakaldo, en la que seguimos.

Volviendo a lo del consenso. Cuando accedió usted a la presidencia hace dos años, hubo serias discrepancias con el Gobierno central por la refinanciación de la deuda.

-La verdad es que la relación con buena parte de la administración del Estado era de confrontación por ese tema. No querían firmar los avales necesarios con el grupo de bancos, fue muy conflictivo y tuve que emplearme a fondo en una cuestión que creí que iba a ser una balsa de aceite.

¿Y cómo se solucionó esa fuerte crisis?

-Quiero ser honesto, fue gracias a la intervención del secretario de Estado de Infraestructuras, Julio Gómez-Pomar. Su acción fue decisiva y el acuerdo entre ambos hizo posible que las cosas volvieran a su cauce y fuera posible refinanciar la deuda.

¿Se da cuenta de que en toda la entrevista hablamos en pasado de la sociedad?

-Pues no tendría que ser así.

Pero reconózcame que con la crisis económica, Ría 2000 perdió su ímpetu, se endeudó y apenas tiene actividad.

-No hay que olvidar que esta es una sociedad instrumental, que se constituyó con un objetivo. No es para toda la vida. Tenga en cuenta que se ha invertido más de mil millones de euros en los proyectos de transformación.

Pero en el último lustro no han arrancado nuevas iniciativas.

-Bueno, en estos dos últimos años hemos concluido el soterramiento del tren por Irala y trabajamos en la última torre de Garellano con la que culmina ese proyecto urbanístico.

Y para el futuro. ¿Hay algo relevante?

-Lo hay. Todo el desarrollo de Urban Galindo y los terrenos de Labein en Olabeaga.

Este último, realmente, es el único proyecto virgen que les queda en cartera.

-Esos solares están ahí, tienen una valoración económica y con el desplazamiento ya acordado de la Variante Sur Ferroviaria, esas parcelas adquieren un gran valor de futuro en un barrio cuya transformación se va a dejar notar. Ese proyecto no hay que olvidarlo.

Pero no hay dinero en caja para iniciarlo.

-Hay una deuda ahora mismo de 57,8 millones, sí, pero cuando llegué a la presidencia era de más de cien en una entidad, no hay que olvidarlo, que ha invertido más de mil millones.

Hombre, comparando las cifras...

-Pero es que, además, cuando licitemos, el terreno de la quinta torre que diseñará el arquitecto Richard Rogers, en Garellano, y otro solar de Urban Galindo, en Barakaldo, la deuda actual se va a reducir en otros 30 o 40 millones de euros. Es decir, nos quedaremos por debajo de los 20 millones y el valor de los terrenos en balance ya es superior a esa cantidad.

Antes ha comentado que es una sociedad instrumental. Ya la dieron por muerta hace cuatro años.

-Pues no, aún no se han conseguido todos los objetivos. Aquí estamos.

¿Se puede abrir su hoja de ruta a otros encargos en la capital vizcaina?

-Desde luego, la entrada del tren de alta velocidad a la estación de Abando, en uno de los desarrollos de futuro de Bilbao, es uno de ellos proyectos en los que poder trabajar.

Hace tres semanas el ministro de Fomento ya desechó esa posibilidad.

-Es verdad, dijo que el modelo de Bilbao Ría 2000 no es el suyo. Bueno, eso hay que hablarlo. Creo que puede tener un encargo especial, como se hizo en el soterramiento de Irala, o seguir la sociedad con un accionariado diferente. En todo caso tendría capacidad para ejecutar esa obra tan importante.

El ministro De la Serna arguyó la presencia de la Diputación en el consejo de administración y el hecho de que no vaya a poner dinero, que eso no era lo mejor.

-La entrada del TAV es un proyecto de Bilbao, pero tampoco tengo dudas en que es un proyecto más amplio, de Bizkaia. No hay que abrir puertas, ni cerrarlas. Ya lo veremos a medida que la iniciativa avance.

Por ejemplo, podría Adif ejecutar la entrada del tren soterrada y Ría 2000 la urbanización de la superficie que va quedar...

-Podría ser, sin duda, cabe esa posibilidad.

Entonces, ve futuro a la sociedad.

-Sí, insisto, no ilimitado, pero quedan todavía proyectos por acometer los próximos años.

Pero no con la misma fórmula de financiación que antes, vender solares para sacar plusvalías y ejecutar los trabajos.

-Esa fórmula hoy no tiene el impacto que tuvo al inicio, porque los terrenos ya no son tan numerosos, de ahí lo que le explicaba, que esta sociedad no es para toda la vida.