Bilbao - Desde que tuvo uso de razón quiso ser peluquera. “A los 9 años ya pedía que me compraran la cabeza de la señorita Pepis; me encantaba peinarla, cambiarle el color...”, dice sonriente Pilar Díaz, directora de los salones Marcel Arranz. Estilista vocacional, con 36 años en la profesión, reconoce que “este es un trabajo en la que siempre debes de estar formándote. Además, la rutina me mata”.
¿De dónde le viene lo de peinar?
-Mi ama iba a la peluquería todas las semanas y me llevaba con ella. Yo miraba y veía que la gente entraba fea y salía guapísima. Eso me encantaba. De ahí surgió mi vocación.
¿Qué le satisface más de su trabajo?
-Hacer feliz al cliente a través de la imagen.
¿Qué distingue a su firma de otras?
-Que es una empresa con alma. Formamos un gran equipo.
¿Hay buenos profesionales en Bilbao y en Euskadi? ¿Damos la importancia debida a nuestro pelo?
-En Euskadi, y en el norte en general, hay muy buenos profesionales. El estilo de cada persona lo marca su pelo; para mí es la clave.
¿Es de las peluqueras que anima a sus clientas a cambiar de look?
- ¡Siempre!
¿Sigue a rajatabla las tendencias o cada persona es un mundo?
-Me considero buena estilista y eso implica que las tendencias son secundarias, porque hay que adaptarse a la fisonomía de cada cliente y su modo de vida. No es lo mismo una surfera que una directora de banco.
¿El corte es lo fundamental para estar bien peinada?
-No, lo fundamental es el estilo. A mí no me des una mujer bien peinada, dame una mujer con estilo.
¿Cómo definiría su estilo?
-Superversátil
¿En Bilbao, la gente va bien peinada? ¿Es clásica-clásica o arriesga?
-Sí. De notable alto. Luego hay mucha mezcla de estilos, según los lugares donde viva cada persona.
¿Un mal peinado o corte puede chafar un ‘look’ perfecto?
-Del todo. El peinado es clave. El pelo es el complemento del vestuario, te puede sumar o restar.
¿Qué famosos cuidan bien su pelo?
-Halle Berry, Letizia Ortiz, Elsa Pataky, Amaia Salamanca...
En las crisis, de lo primero que se prescinde suele ser la peluquería ¿Se dejó notar en sus salones? ¿Cómo lo superó?
-Con constancia, trabajando duro y, sobre todo, no perdiendo la ilusión por lo que haces.
¿Animaría a los jóvenes a montar un centro o es muy arriesgado?
-Mi consejo sería que primero se formaran académicamente, que experimentaran por cuenta ajena de tres a cinco años y después que se dieran, si pueden, una oportunidad.
¿Hay un exceso de peluquerías?
-España es el país de Europa donde más peluquerías hay. En Londres hay pocas y son muy caras. Allí, hacerse unas mechas cuesta 200 euros.
¿Cómo competir con las ‘low cost’?
-Tiene que haber peluquerías para todos los bolsillos, pero cuando veo ciertos precios me asombro, porque los productos que uso en mis salones son más caros. Deducción: es imposible que utilicen buenos productos.
¿Los jóvenes van a la peluquería?
-Sí, pero solo para hacerse mínimos servicios. Tengo dos hijas de 21 y 25 años que se alimentan de las redes sociales, que para ciertas cosas está bien, pero que también expanden ciertas tutorías sobre el cuidado del cabello que son nefastas.
¿Se refiere a que el hágase usted mismo arruina muchas cabelleras?
-Algunas clientes llegan con el pelo destrozado a nuestros salones para que se lo arreglemos.
peluquera, estilista experta en peinados de ceremonia