Bilbao - La noche es la gran aliada de la imaginación, cuando la ensoñación, amparada en una exigua iluminación, se funde con la realidad. Es momento para fantasear sobre el futuro, pero también para evocar el pasado. Con esa premisa, precisamente, la antigua estación de La Naja será objeto de un vídeo mapping mediante el que, simulando el trasiego de pasajeros de un apeadero de tren, se proyectarán imágenes acompañadas de música y danza. Será el especial homenaje que brindará la Noche Blanca el próximo día 17 a una joya arquitectónica que próximamente desaparecerá del paisaje de la ciudad, después de que la reciente modificación urbanística de la que ha sido objeto por parte del Ayuntamiento de Bilbao abra vías para que albergue otros usos.

Este es solo un ejemplo de una noche mágica que ofrecerá treinta actividades más para el deleite de los ciudadanos, algunas de las cuales serán de producción propia. La Fundación Bilbao 700 celebra un año más el aniversario de la villa con una programación variada con animaciones y espectáculos interactivos. “Descubrirán estampas únicas que solo se pueden disfrutar esa noche”, afirmó ayer Josune Ariztondo, directora de la fundación. Esta celebración se lleva a cabo anualmente en torno al 15 de junio, ya que fue ese día de 1300 cuando Don Diego López de Haro firmó la carta puebla que convirtió Bilbao en una villa. Por ello, el evento es un “regalo” a dicha conmemoración.

La programación de la jornada, que será gratuita hasta completar el aforo en espacios cerrados, comenzará a las 20.30 y se alargará hasta las 2.30 horas. Sin embargo, el pistoletazo de salida para la iluminación de los edificio se producirá a partir de las 22.20 horas, empezando por la Casa Consistorial, que este año cumple su 125 aniversario. Según precisó Ariztondo, el acto contará con la presencia del alcalde, Juan Mari Aburto. Con este evento, “Bilbao mostrará que es un buen sitio para vivir y, a la vez, una ciudad con una identidad perceptible y atractiva”, consideró la directora de la Fundación Bilbao 700.

Actos Variados Muestra de esa máxima serán escenarios tan pintorescos como el Museo de Bellas Artes, con danza contemporánea; el Museo Guggenheim, con un espectáculo retrofuturista; Azkuna Zentroa, con una función de artes vivas; Bizkaia Aretoa, con un laberinto de luz, o el atrio de Torre Iberdrola, con la actuación de tres chelistas. La ría también se unirá a la fiesta con un espectáculo de luz, color y sonido en el Puente de Zubizuri, mientras que los tinglados de El Arenal cobrarán protagonismo con un laberinto luminiscente y la avenida Abandoibarra acogerá instalaciones florales. Asimismo, el Puente del Ayuntamiento será testigo de una regata con dos traineras que estarán iluminadas, mientras que la Plaza Euskadi se transformará en un bosque lumínico de troncos y juncos animados por halos de luces.

En el Casco Viejo, la catedral de Santiago acogerá el tradicional concierto a cargo de tres formaciones a partir de las 20.30 horas: la Orquesta Sinfónica de Acordeones, los coros infantil y Euskeria de la Coral de Bilbao y el Coro de Iralabarri. La fachada de la iglesia de San Nicolás será objeto de una proyección con iconos y símbolos clásicos mediante pixel-shorting, cuyo objetivo es estimular la memoria involuntaria. Por otra parte, la Plaza Nueva será escenario de un juego interactivo que pondrá a prueba los conocimientos de los asistentes sobre Bilbao. Mientras tanto, las calles Bidebarrieta y Correo acogerán pantallas de lámparas customizadas formando guirnaldas, una acción que ha contado con la colaboración de telas Rafael Matías Tejidos.

Según destacó Ariztondo, el Museo Vasco acogerá una representación teatralizada de producción propia cuyo objetivo es conmemorar al Club Lyceum de Madrid, asociación formada por mujeres del siglo XX, entre las que destacan Pilar de Zubiaurre, Zenobia Camprubí o Carmen Baroja. Asimismo, la Noche Blanca contará con otros espacios en el centro de la ciudad como la Gran Vía, la Plaza Moyúa o el edificio del Ensanche.

Se espera que miles de personas disfruten de la jornada. En palabras de Josune Ariztondo, se trata de un evento en el que es “muy difícil” cuantificar la asistencia, ya que existen numerosos escenarios en los que se congrega el público. A pesar de ello, destacó que según el cálculo de una empresa externa decenas de miles de personas, “rebasando las 50.000”, disfrutaron de ella en 2016. Para esta edición, el único deseo de la directora de Bilbao 700 es “que no llueva”, para que los espectadores se entreguen al festín de luz y color que se apoderará de la villa.