Bilbao - Viviendas Municipales quiere sacar al mercado los 545 locales que tiene vacíos en Bilbao, sobre un parque de 1.120. Además de acometer la reforma y acondicionamiento de los locales, la sociedad municipal va a hablar también con los colectivos sociales de los barrios en los que están ubicados y está recogiendo las necesidades de otras áreas del Ayuntamiento para poder ubicar en ellas un aparcabicis, un aula de estudio o una nueva sede, más céntrica, de la oficina del consumidor. “El objetivo es claro: que no haya locales vacíos o, al menos, reducir notablemente su número”, señaló ayer el concejal de Vivienda, Goyo Zurro.

Hace ya un año, Viviendas Municipales estableció una serie de medidas para incentivar el uso de estos locales -lonjas, trasteros y garajes- a través de condiciones más ventajosas en el precio del alquiler, el incremento de las ayudas para la puesta en marcha de actividades o el aumento del plazo de duración de los contratos, entre otras. Gracias a ellas, el año pasado se arrendaron 82 locales que estaban vacíos.

También se ha elaborado un estudio sobre los 545 locales que actualmente están vacíos en Bilbao y que se ubican en catorce zonas diferentes de la capital vizcaina. La mayoría de ellos son locales en sí (352), aunque también hay algunos garajes (100) y trasteros (18). El análisis propone destinarlos preferentemente a comercio, hostelería, oficinas o almacenes, y sugiere que también se ofrezcan para usos comunitarios, equipamientos o trasteros.

Con toda esta información, Viviendas Municipales ha redactado veinte anteproyectos con propuestas concretas en Otxarkoaga, Begoña, Solokoetxe, Deusto, Miribilla, Matiko, Ibarrekolanda, Casco Viejo y Basurto. “Para la selección de estos proyectos se han tenido en cuenta la importancia de favorecer la cohesión territorial en los diferentes barrios y la necesidad de establecer puntos concretos de alto valor estratégico que ejerzan de actividades tractoras para el entorno”, especificó el concejal del Área. “También queremos promover la alternancia de usos; que no todos sean de uso comunitario o todos de uso comercial, que haya una mezcla”.

La superficie media de los locales ronda aproximadamente los cincuenta metros cuadrados, aunque existe una gran variedad, desde locales más pequeños de entre quince y veinte metros cuadrados, a otros de hasta 200, ubicados en zonas más modernas.

El Área municipal de Vivienda quiere poner en marcha estas iniciativas en los próximos tres años en esas nueve zonas. Así, se van a reformar locales que tienen un especial valor comercial y acondicionar otros para su uso como almacenes y trasteros. “El parque tiene una media de edad de 45 años y los locales tienen unas características determinadas como menor altura o dificultades de accesibilidad. Queremos ir reformándolos para que sean más atractivos y den un servicio”, especificó el concejal. Además, se van a hacer reformas en todos los locales que actualmente están alquilados y que cesen su actividad. “Al quedar libres, los reformaremos para hacerlos más atractivos, favorecer la rotación y el alquiler”, destacó Zurro. En principio, está prevista una inversión de 360.000 euros para este año.

El plan también define otras medidas para movilizar estos locales, entre ellas identificarlos como espacios de Viviendas Municipales, organizar charlas informativas y buzonear trípticos.

El área va a tener además en cuenta a los colectivos sociales de cada barrio para que puedan desarrollar sus actividades en estas lonjas. “Pese a que en el estudio ya han participado sociólogos que han hablado con ello, queremos conocer las necesidades del entorno”, explicó el concejal.

Finalmente, también se han puesto en contacto con diferentes áreas municipales para ver si algunas de estos espacios responde a sus necesidades. En concreto, se ha hablado ya para ubicar un aparcabicis para bicicletas privadas en dos posibles ubicaciones en la calle Logroño de Deusto y en Tíboli (Castaños); una nueva sede para la Oficina Municipal de Información para el Consumidor (OMIC) en un entorno más céntrico -actualmente se ubica en Irala-, concretamente en el número 22 de la calle Esperanza, y un aula de estudio en un entorno cercano a la facultad de Sarriko, en la calle Pedro Astigarraga. “Tienen que ser las diferentes áreas de Juventud y Deporte, Movilidad y Sostenibilidad, y Salud y Consumo quienes decidan cuándo lo pueden poner operativo. Por nuestra parte, podríamos acondicionar los locales con rapidez”, señaló el concejal.

Todo ello, finalizó Goyo Zurro, con el objetivo de evitar que existan locales desocupados. “Cualquier medida es adecuada antes de que un local esté vacío. Personalmente, creo que debemos dar cumplimiento a la función social de la propiedad, con más razón cuando esas propiedades son bienes públicos”.

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