Bilbao - La jornada de puertas abiertas que anualmente organiza el parque de Bomberos de Bilbao es quizás uno de los días donde más vocaciones germinan en cientos de niños que visitan las instalaciones municipales. Muchos de ellos abandonarán su intención con los años, pero la gran mayoría de los txikis que ayer cogieron su primera manguera, se estrenaron con la tirolina o se cubrieron con un casco la pasada noche soñaron que su profesión de adulto será salvar vidas en un incendio. La verdad es que los bomberos vendieron muy bien su profesión. - DEIA
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