Laura entra en la sala con recelo, mirando de reojo a Sherpa, una perrita con la que va a compartir los próximos minutos y que aguarda la entrada de sus alumnos humanos. “Los perros me dan miedo”, dice en alto. Sherpa no se mueve. Se posa sobre sus dos patas traseras y observa todos y cada uno de los movimientos. El grupo de doce niños de 5 a 8 años se sientan en el suelo custodiados por Amaia Laredo, educadora del programa de ocio infantil, Haurgune, en el centro de Distrito de Begoña. “Los niños disfrutan mucho. De lo que se trata es de que aprendan pero a la vez que también se diviertan y lo hagan con la ayuda de un perro”, afirma Laredo.
Durante una hora el grupo de niños contaron con una profesora canina con la que compartieron juegos y vivieron nuevas sensaciones. Esta actividad se enmarca dentro de Bibliotecan, organizada por el Ayuntamiento de Bilbao y que tiene como objetivo el fomento de la lectura y la expresión oral con perros. Los pequeños participaron la pasada semana de esta actividades del Haurgune de Begoña y conocieron la profesión del cuentacuentos que les narró una historia, además de que se les enseñó buenas y respetuosas conductas.
La pequeña Laura se ubica lo más alejada de Sherpa, intenta por encima de todo evitar el contacto con ella. A su lado están Eneritz y Ana. Son ellas quienes inician a relatar la historia imaginaria, un cuento fantástico que abre las puertas a la participación del grupo de niños. “Os vamos a contar una historia. Sherpa os trae su cuento que vamos a leer y queremos que vosotros participéis”, relata Ana con una dulce voz.
La Concejala del Área de Juventud y Deporte, Oihane Agirregoitia, acudió al Haurgune de Begoña para conocer el desarrollo de la actividad que trata de fomentar el gusto por actividades relacionadas con la lectura fuera del entorno escolar siendo el eje central de la actividad un perro entrenado. “Es una forma innovadora de motivar a nuestros txikitxus a través de una experiencia que activa sus emociones”, apunta la edil bilbaina.
Durante la clase, las dos monitoras repartieron unas cartulinas de colores. “Cada vez que escuchéis vuestro color tenéis que levantar la cartulina”, dice la monitora.
Buscar los colores Comienza el juego. A la pequeña Laura le ha tocado la cartulina de color azul. Sherpa le mira, le busca para hacerse su amiga. En el relato, Ana, la monitora, cuenta la historia de Violeta, una niña que vivía en un lugar sin colores y que se encarga de descubrir cómo colorear su mundo. El cielo es azul, el sol amarillo, las nubes son blancas... “Hay que sonreír para que los colores vuelvan”, lanza. Sherpa escucha el relato de su colorista cuento con una atención abrumadora. Aunque de vez en cuando se levanta y se acerca a algunos de los niños para ganarse una caricia. Sin embargo, Laura no se mueve. “Bueno, empezamos a jugar con Sherpa. Una parada en el cuento”, dice Ana. Es en ese momento saca de una bolsa un cubo grande donde están apuntados diferentes juegos que deberán compartir con Sherpa. “Los que tenéis las cartulinas verde y rosa levantaos”.
El cubo comienza a rodar y cae en el lado que pone (pelotas de colores). “El juego que más le gusta a Sherpa”, dice. Dos de los niños, ya de pie, cogen diferentes pelotas de colores y las lanzan en la sala. “¡Hartu! (Coge)”, le dice a Sherpa. La perra no pierde tiempo y se lanza a por ellas con destreza. “¿Os dais cuenta cómo le estáis enseñando? Sherpa es muy obediente”, les dice Ana a los niños. Siguen los juegos.
Durante más de media hora los niños compartieron juegos y experiencias con Sherpa. Todos, excepto Laura, que seguía observando cada movimiento, pero quedándose en segundo plano. Fue así hasta que la monitora dijo: “Arriba los de las cartulinas roja y azul” Entonces se incorpora tímidamente Laura. “No tengas miedo”, le dijo su hermano, Asier. “Tenéis que enseñarle a Sherpa a ponerse sobre sus dos patas traseras. Venga, Laura, ponte delante y díselo”. “¡Gora!”, le dice Laura, y Sherpa se rechistar se pone sobre sus dos patas. Laura esboza una sonrisa. Se sorprende y le regala una caricia de amistad.