200 voluntarios salen a la calle en Bilbao para conocer la realidad de los sin techo
El recuento de 112 personas revela que hay menos personas durmiendo a la intemperie que en 2014 y 78 más, en albergues
BILBAO - Entre las 22.00 y las 2.00 de la madrugada del 26 al 27 del pasado octubre, un grupo de mil voluntarios salió por las calles de Euskadi para conocer el número de personas que duermen a la intemperie, sus circunstancias y los motivos que les han llevado a esa situación. No es la primer vez que se lleva a cabo esta experiencia denominada Noches S en otras ciudades. El recuento de los sin techo ha puesto una vez más rostro a los números de la mayor lacra social que puede tener una ciudad. Son menos que el pasado año, pero aun así son muchos.
Centrándose en Bilbao, cada noche 112 personas duermen en cajeros, esquinas, y aceras con cartones por colchón. Las primeras conclusiones del informe desvelan que se siguen manteniendo los dos grupos de otros recuentos: autóctonos y emigrantes que durante el día participan en trabajos o grupos. Además se pone de manifiesto la necesidad de habilitar nuevos recursos con menores exigencias.
El recuento lo realizaron profesores, universitarios, trabajadores sociales y miembros de entidades sociales; todos jóvenes y con un marcado compromiso con la comunidad. Es el perfil que define al equipo de voluntarios que se prestaron la madrugada del 26 de octubre a ser notarios de la miseria y la exclusión de Bilbao. Los voluntarios recorrieron las calles de la ciudad para contabilizar a todas aquellas personas que se encontraran pernoctando en la calle, bien a la intemperie, en un espacio de uso público o cubierto, o en cualquier otro lugar inadecuado para vivir en él. Su trabajo no quedó ahí.
Una hora antes de iniciarse la salida, los 220 voluntarios de Bilbao se reunieron en la ikastola de Deusto, donde grupos correspondientes a los ocho distritos municipales recordaron algunas instrucciones básicas sobre el cometido del recuento, se aclararon dudas y se repartieron diversos materiales, como cuestionarios o tarjetas de identificación. Además, cada participante fue provisto de una bolsa cena.
Para muchos era la primera vez que colaboraban en un trabajo de estas características, por lo que tampoco sabían cómo reaccionarían todas esas personas, muchas de las cuales solo guardan en la intimidad el secreto de su historia vital. Los voluntarios destacaron la buena acogida que recibieron por parte de las personas localizadas en la calle.
Notarios de la miseria Fue una jornada tranquila, sin incidentes, en la que los voluntarios contactaron personalmente con las personas sin hogar a las que formularon un cuestionario de hasta 45 preguntas con el objeto de conocer las características socio demográficas básicas de las personas localizadas en la calle, su situación en relación a aspectos como su situación administrativa, estado de salud o relaciones sociales y familiares. Además, los voluntarios incluyeron una ficha de observación con datos de identificación y localización básicos. “Detectar que hay personas que duermen en la calle siempre es una mala noticia. Podíamos estar satisfechos porque ha disminuido el número 29 -en 2014, había 141, y en 2016, 112-. Pero es una mala noticia para el Ayuntamiento y para la ciudad, porque hay 112 personas que duermen en la calle. Debemos tratar de hacer desaparecer esta lacra social. Por supuesto vamos a seguir trabajando”, señaló el concejal de Políticas Sociales del Ayuntamiento de Bilbao, Iñigo Pombo.
Todavía no se tienen los resultados de este estudio, cuyas conclusiones se expondrán en cada capital aunque se ha realizado a nivel de Euskadi. No obstante se conocen ya algunos trazos que pueden vislumbrar la situación actual con respecto a las conclusiones que se extrajeron en 2014.
En este sentido, Txema Duque, subdirector del Área de Políticas Sociales y uno de los miembros que ha participado en este estudio, adelanta que el recuento que se ha realizado refleja que se mantienen los dos grupos de población que hay en la calles de Bilbao. Se refiere por un lado al de los autóctonos; personas con una edad un poco más alta, con alguna problemática añadida y problemas mentales en algunos casos.
El segundo grupo que se encuentra durmiendo en las calles de Bilbao aglutina a personas más jóvenes, extranjeros y con más habilidades. “Este es un colectivo muy cambiante, también muy normalizado pero que está más de paso”. señala Duque. Se trata de personas que durante el día realizan algún curso de formación o incluso tienen algún trabajo y por la noche no tienen dónde dormir.
Con respecto a anteriores recuentos que se han realizado en Bilbao, otro de los aspectos destacables es que el número de personas que dormían en la noche del 26 de octubre en los albergues había pasado de 130 a 208. El concejal Iñigo Pombo señala que “éste es uno de los datos que se van a estudiar”.
Los albergues de Bilbao ofrecen 246 plazas; sin embargo, se trata de estancias cortas, por lo que muchas de las personas que viven en la calle “no quieren dejar su sitio por temor a que al salir del albergue se encuentren con que otra persona les ha ocupado su plaza”, explica el concejal.
De hecho, cree que “hay que hacer centros con menos exigencias, con estancias más duraderas, donde una persona incluso pueda llevar a su perro si lo tiene”, señala Pombo. Un estilo al centro invernal de Mazarredo, donde no tengan que cumplir prácticamente ninguna exigencia para cobijarse por la noche.
Esta y otras conclusiones que se extraigan del recuento realizado la pasada noche del 26 de octubre forman parte de un análisis más amplio sobre la situación de las personas en régimen de exclusión residencial grave en la Comunidad Autónoma del País Vasco que se publicará en 2017.
Este año han participado, además de los diez municipios de 2014 en los que se hizo el recuento en Euskadi, otras catorce localidades vascas: Durango, Eibar, Erandio, Errenteria, Güeñes, Hernani, Iurreta, Legazpi, Leioa, Pasaia, Tolosa, Orduña, Zalla y Zarautz. En su conjunto, estos veinticuatro municipios agrupan una población que representa el 65% de toda la población residente en la Comunidad Autónoma del País Vasco.
En términos generales se pudo hablar con 285 personas de las que 251 eran hombres y 27 mujeres. El concejal de Políticas Sociales de Bilbao agradeció el trabajo realizado por los voluntarios que este año han sido 1.022 personas, un 31% más que en 2014.