BILBAO. En las fiestas de San Ignacio de Algorta, un chaval que estaba tomando algo en uno de los bares recibió el abrazo de un desconocido: “¡Hombre!, ¿qué tal, tío?”. Segundos después, se llevó la mano al bolsillo y su móvil había desaparecido. Inmediatamente, fue a denunciarlo ante la Policía Local de Getxo, que vigilaba todo el recinto festivo. Esa es una de las técnicas que utilizan los amigos de lo ajeno para robar móviles en el marco de unas celebraciones patronales.
Aunque, como señalan fuentes consultadas, ese es el mecanismo menos habitual para quitar los teléfonos. Las estadísticas reflejan que la sustracción de móviles es el delito más repetido en fiestas. El año pasado, Aste Nagusia registró un incremento del 28,4% con respecto a 2014 en el número de denuncias por robo, que fueron fundamentalmente hurtos al descuido de móviles y carteras, según los datos conjuntos de la Policía Municipal y la Ertzaintza. Se contabilizaron 1.272 casos de este tipo, mientras que hace dos años fueron 991. Este 2016, las manos de los cacos continúan yendo, principalmente, a los teléfonos.
Las fiestas de El Carmen en Santur-tzi, por ejemplo, se saldaron con 110 denuncias por hurto -la mayoría en la zona de txosnas-. Los ladrones aprovechan las aglomeraciones para actuar. “Hay que tener cuidado; especialmente con los empujones y los acercamientos sospechosos”, avisa la Policía. De hecho, la mayor parte de las sustracciones se cometen sin que la víctima se dé cuenta en ese momento. Es decir, la persona que ha sido robada no se percata hasta que va a hacer uso del móvil -o a coger la cartera- de que ya no lo tiene. Es por ello que los agentes aconsejan, además de estar en alerta ante los empujones, seguir una serie de pautas de sentido común: llevar el bolso cerrado, cruzado en banderola por delante del cuerpo y de manera visible, y no llevar nada en los bolsillos traseros.
Respecto al teléfono, en concreto, también es recomendable, si es posible, utilizar un modelo más antiguo y de menor valor en estas ocasiones festivas y dejar el smarthphone en casa, a buen resguardo. Asimismo, la Policía considera conveniente anotar el código IMEI, que “es único, particular e intransferible para cada dispositivo”. Se trata de una cifra de quince o 17 dígitos, que se encuentra en la caja del teléfono y que también se puede conseguir tecleando *#06# en la pantalla o mirando en una pegatina situada debajo de la batería. Instalar en el móvil aplicaciones de seguridad y localización pueden ayudar a encontrarlo y/o a que no sea utilizable.
Actitudes dudosas
A veces, el comportamiento de los carteristas puede delatar sus intenciones, ya que “suelen estar mirando mucho para abajo, a la altura de los bolsos o los bolsillos de los pantalones”, indican fuentes policiales. Además, el hecho de que un grupo de gente esté dando muchas vueltas dentro de un espacio de música o parado mucho tiempo sin que ninguno de ellos beba nada también puede ser mala señal. Otra forma de robo tanto de móviles, como de carteras o dinero, es la que emplea la intimidación.
En Getxo, los agentes de paisano que formaron parte del dispositivo especial de fiestas prestaron atención en San Ignacio a la posible presencia de una banda de jóvenes sospechosa de intimidar a chavales y robarles. Afortunadamente, no se produjo ningún suceso de estas características. En las celebraciones de Santurtzi, la Er-tzaintza detuvo a tres varones de 18 y 20 años y a un menor de 14, como presuntos autores de varios robos con intimidación. Estas personas amenazaban con agredir a menores de edad, obligándoles a que les entregaran el dinero que llevaban.