Bilbao - Arrastrando retrasos, con diferencias con las empresas constructoras contratadas, pendientes del Gobierno vasco, pero las obras de la apertura del canal de Deusto siguen adelante contra viento y marea. Según han indicado fuentes del Ayuntamiento de Bilbao, responsable de la ejecución de los trabajos que convertirán en isla la todavía península de Zorrotzaurre, se prevé que este mes de mayo concluyan los trabajos que hay que ejecutar en superficie, la denominada obra civil.
Otro de los requerimientos necesarios para ejecutar esta magna obra de ingeniería, la aprobación por parte del Gobierno vasco del proyecto medioambiental del plan de excavación modificado a finales del pasado año, “será entregada en unos días”, según aseguraron a este periódico fuentes del Área de Obras y Servicios que dirige el teniente de alcalde, Ricardo Barkala.
Con todo ello, los responsables municipales prevén que “en junio podamos empezar la primera fase de la excavación del canal”, indicaron desde el Consistorio. Una previsión que llega con una demora de tres meses con respecto al calendario anunciado a finales del pasado año con nuevo plan de excavación.
Entonces, el Área de Obras y Servicios anunció que para marzo pasado arrancaría el proceso de extracción de tierra, ya que era en ese mes cuando se preveía que la viceconsejería de Medio Ambiente del Gobierno vasco iba a emitir su dictamen favorable. No ha sido así y el retraso ha supuesto que las obras que restaba acometer en superficie se hayan tomado con tranquilidad.
Estos trabajos consistían en colocar los pilotes necesarios para aguantar los muelles en las dos puntas de tierra donde el canal se fundirá con la ría, en frente del barrio de Olabeaga, y en el punto de la margen derecha más cercano al puente Frank Gehry.
La creación de esas columnas de hormigón, que se asientan en la roca a más de 15 metros de profundidad por debajo del fondo, ya ha concluido en los dos extremos referidos tras cortar la carretera de acceso a Zorrotzaurre en enero pasado.
En la tercera y última zona se está trabajando en estos momentos colocando las camisas, o cilindros metálicos, donde se verterá el hormigón, el cual, tras fraguar, conformarán un total de ocho pilotes sostenedores de la nueva orilla.
Asimismo, los operarios también están culminando la creación en superficie de las piezas de hormigón armado que servirán de base a los paseos ribereños que se van a generar con la liquidación del istmo.
Las márgenes, preparadas En el lado más largo de la excavación, 533 metros, el pegado a la clínica del IMQ, restan por construir 14 de estas vigas tumbadas de las 58 previstas generar a lo largo de esta orilla. En frente, en la zona de Zorrotzaurre restan solo por construir tres de las 41 diseñadas para sus 369 metros de orilla. Su ejecución actual, el resto llevan más de un año delimitando lo que serán los 75 metros de anchura del nuevo cauce, era precisa ahora ya que mientras no se pilotaran las zonas no era posible.
Otra labor en tierra ha sido la colocación de las tablestacas, piezas metálicas de 8 metros de alto por 4 de ancho, las cuales, hincadas en la tierra y colocadas de forma continuada, han conformado un perímetro que convertirá en zona estanca el solar que será excavado para dar paso a la ría.
La instalación de esta barrera era esencial para evitar que las tierras que se van a excavar no reciban elementos contaminantes, tanto sólidos como líquidos, que se detectaron el año pasado en el lado de la península de Zorrotzaurre y en la ladera de Deusto, cuando se construyeron los estribos del puente Frank Gehry.
Esta contaminación de los solares por excavar y su mezcla con el agua de la ría fue lo que obligó al Ayuntamiento a redactar un plan de excavación mucho más garantista y con más acciones a ejecutar que ha supuesto un serio enfrentamiento con las empresas constructoras que han llegado a avisar de la presentación de un recurso contencioso-administrativo. El Ayuntamiento considera que los cambios no supone un aumento del coste previsto de los trabajos, 20,9 millones de euros, mientras que las contratas estiman que se tiene que modificar el contrato al alza.
La depuradora, sin iniciar Uno de los elementos extras es la creación de una depuradora a pie de obra para las aguas contaminadas que, a pesar de todas la medidas previstas, es posible que fluyan al tajo de excavación. A pesar de que en marzo se dio a conocer que el Ayuntamiento ordenó a las empresas que prepararan el montaje de esta instalación limpiadora, ayer aún no había comenzado.
En cuanto a la excavación propiamente dicha comenzará en junio por la zona más cercana a la ría con la retirada de la capa superficial del terreno donde se han confirmado varios elementos contaminantes. Se han detallado en total 180 solares para limpiar en función del grado de contaminación detectada con lo que la labor será casi de cirujano.
Toda la porquería que se recoja en el rascado del terreno será cribada para después transportarla en camiones a vertederos especializados para su tratamiento. Después vendrá el trabajo duro y basto para extraer todo el terreno hasta llegar a los cinco metros de profundidad.
La primera fase de excavación, de las tres en que se ha dividido la lengua de tierra, será la más cercana a la ría. Desde el agua unas dragas flotantes irán extrayendo tierra y roca para depositarla en gánguiles, embarcaciones con grandes bodegas, que los trasladarán hasta la ampliación del Puerto de Bilbao, en Santurtzi, donde serán depositadas.
Terminada esta primera zona se atacará la parte central del istmo y después la más cercana al canal a la vez que se van urbanizando los nuevos muelles. La última previsión anunciada en diciembre es que la ría fluya por el tramo excavado a principios de 2017.