MARÍA Luisa pagó 18 euros menos en la compra de dulces de navidad, turrones artesanales principalmente; A Jon se le había muerto el televisor y ayer se pasó por unos grandes almacenes de Bilbao para comprar uno de 42 pulgadas al que le aplicaron un descuento de 200 euros. Una pareja del barrio de Santutxu aprovechó para hacerse con el colchón y se ahorraron 450 euros... Viernes comprón y de descuentos. El furor que generó ayer la jornada del Black friday (Viernes negro) animó a muchas personas a adelantar las compras navideñas. Regalos y algún que otro capricho se paseaban en las bolsas por las calles de Bilbao y de muchos pueblos del territorio. “Apenas queda un mes para Navidad y los dulces aguantan muy bien. He aprovechado para ahorrar un dinero”, dijo María Luisa quien también se apuntó a los descuentos del Black friday del Casco Viejo para comprarse un paraguas que le hacia falta un 15% más barato. Desde primeras horas las tiendas de la capital vizcaina se llenaron de clientes en busca, principalmente de calzado, textil y de artículos de electrónica, las estrellas de la jornada de ayer. Colas para probarse la ropa y colas de hasta un cuarto de hora para abonar las prendas. “Necesitaba un abrigo y unas botas y he aprovechado este día de descuentos que me encanta. Si no tenía que esperar hasta rebajas”, apuntó Lucía, una joven que salió del Instituto a las 14.00 horas y se metió en un par de tiendas ubicadas en la Gran Vía de Bilbao.
Sin embargo, el fenómeno de los descuentos, importado desde Estados Unidos, cada año se extiende a más comercios y cala con mayor intensidad en los establecimientos de Bizkaia. Tanto es así que este año se suman más sectores a la euforia de los descuentos. Una forma, según apuntan los propios comerciantes que se convierte en un perfecto reclamo previo a las fechas navideñas. Pastelerías, ópticas -con descuentos en gafas de esquí- cuchillerías, tiendas de muebles, perfumerías, jugueterías, tiendas de telefonía, “El año pasado no me sumé a la campaña de descuentos y me arrepentí. Nos guste o no, siempre se vende algo más y eso siempre es bueno para nosotros y también para los clientes que se animan a comprar”, destacaba la auxiliar de una farmacia del Casco Viejo. Fue precisamente ahí donde Ana Belén, una joven amatxu aprovechó los descuentos para hacerse con cereales y cremas para su bebé de ocho meses. Lo cierto es que los propios comerciantes reconocen que en esta época no se puede perder oportunidades. Hasta el punto que “metidos en la vorágine de las ofertas” muchos han decidido alargar los descuentos hasta hoy. “Esperamos más movimiento mañana, (por hoy). Si no llueve la gente vendrá”, auguró la dependienta de una cadena textil catalana.
Fueron muchos los que para evitar las colas se sumergieron en las páginas on line de las firmas de marca. A las diez de la noche del jueves algunas cadenas de ropa ya ofertaban todos sus productos al 30 y al 20%. “Me he gastado 500 euros. En menos de un cuarto de hora. Sin esfuerzo”, confesó Leire Martín.