Bilbao - La cabeza más visible de la agrupación empresarial del centro de la villa, Sergio Etxebarria, pone voz a los 60 comercios que mañana conquistarán la Gran Vía bilbaina con 120 modelos que mostrarán las novedades de la temporada.

Mañana se celebra la sexta edición de la pasarela, ¿podemos hablar de una consolidación de la iniciativa?

-Está consolidada tanto a nivel de consumidores, a nivel de tiendas y de la propia ciudad. En todas las grandes capitales del mundo hay un evento de moda que se distingue en el año, nosotros hemos intentado unir varios factores para serlo en Bilbao.

El componente social de la pasarela es uno de esos factores.

-Queríamos ser la pasarela de la igualdad, porque nuestros artículos están dirigidos a todos los ciudadanos. Sentirse guapo a través de la moda es propio de cualquier persona, independientemente de su condición. Los cánones de belleza son múltiples, cuando nació el prêt-à-porter se pretendía que la moda fuera accesible para todos.

De hecho, cada vez se ven más modelos atípicas; con estrabismo, diastema o vitíligo, pero también con cejas gruesas o canas.

-Los cánones de belleza han cambiado a lo largo de la historia, al final lo que se persigue es que cuando alguien se viste se sienta bien. A una persona con síndrome de Down le puede hacer feliz ponerse un pantalón vaquero y que alguien le diga lo guapo que está. La moda no es monopolio de las celebrities, es universal.

También comienza a buscarse la originalidad de ser uno mismo.

-La personalización busca diferenciarte de los demás a la vez que proyectar lo que eres, evitando ser una copia. Hay mucha moda prêt-à-porter, pero la gente busca el estilo que mejor se adecua a su personalidad.

¿Existe en la pasarela, como en el Shopping Night, un interés por reunir cada vez más tiendas?

-Va creciendo pero con una dificultad: el número de participantes condiciona el tiempo de duración del desfile. Intentamos que encajen todos los sectores de la moda. Desde tiendas y boutiques que trabajan con sus productos hasta los diseñadores vascos. Crecerá con una pasarela específica de comercios, otra de firmas de lujo...; pero en el mismo día y a la misma hora es casi imposible.

¿Cuál es el objetivo de los desfiles?

-El objetivo es el comercio urbano. El gran reto es hacer frente a las grandes superficies que han generado una competencia muy agresiva. Convivimos desde grandes cadenas a comercio local. Ese mix comercial es lo que se reivindica desde Bilbao Centro.

Las iniciativas de Bilbao Centro nacen para hacer frente a la indefensión del pequeño comercio.

-Exactamente. A todos nos gustaría tener una tienda en la Gran Vía, pero es imposible. Colonizarla por un día y que cualquier comercio tenga la oportunidad de poder presentar sus productos o diseños en el mejor escenario es algo a lo que aspiramos.

¿Cómo se preparan las tiendas y los modelos para el desfile?

-Algo que sucede en una hora tiene detrás un trabajo de meses. La mayoría que participa no es profesional. En Bilbao Centro tenemos una pequeña pasarela en la que los aleccionamos para que desfilen con seguridad. Los propios comercios tienen que seleccionar las prendas, tallas y colores que mejor les van a los modelos. También está la peluquería y el maquillaje.

¿Qué supone para modelos que no son profesionales subirse a una pasarela por un día?

-Hay gente que aspira a ser modelo, para muchos es su gran oportunidad. Para la persona que no aspira a ser modelo, en cambio, sentirse bien en un escenario también es un reto. En el caso de la gente con discapacidad significa normalidad; participar en un entorno en el que participa el resto.

Se reivindica la imagen de la mujer frente a los estereotipos, pero los escaparates siguen luciendo maniquíes extremadamente delgados.

-Hasta hace poco había tiendas dedicadas exclusivamente a poder satisfacer una talla para un público concreto, pero eso ya está más normalizado. En casi todas las tiendas existen tallajes para todos los públicos.

Siempre se dice que los cánones de belleza son más estrictos con las mujeres que con los hombres.

-Está arraigado al histórico de la sociedad que vivimos, que es más machista. La moda tiene que hacerte sentir bien, no crear roles específicos de ser mujeres objeto.

¿Qué preocupación les trasladan los comercios últimamente?

-A nivel de ventas parece que la cosa está cambiando poco a poco, pero cuesta acabar con la crisis. Nos piden nuestro apoyo, por eso realizamos estas iniciativas de dinamización. Cumplimos el objetivo dando un empujoncito al consumidor para que se decida a comprar, pero sigue habiendo dificultades.

¿Qué acciones tienen pendientes en lo que queda de año?

-La campaña de Navidad es estratégica, es una temporada de gran consumo. En muchos sectores la Navidad supone el 60% de sus ventas del año. También hay una acción que se ha importado de Estados Unidos, en la que hemos participado en dos ocasiones anteriores: black friday. El consumidor también nos pide un empujón para comprar más barato.