Starbucks abre en Bilbao su primera tienda en Euskadi
La apertura de la primera tienda de Starbucks en Euskadi dentro de El Corte Inglés de Bilbao causa gran expectación
Aquellos que conocen el café de Starbucks no pueden evitar relacionarlo con sus vacaciones en el extranjero o con la visita a otras grandes ciudades estatales. La cadena estadounidense ha conseguido erigirse como icono omnipresente en las urbes de vocación internacional. Y como tal, su aterrizaje en Bilbao era cuestión de tiempo. Ayer fue la fecha elegida para inaugurar su primer local en la villa, donde ocupa un espacio en el bajo de El Corte Inglés en Gran Vía 20 con entrada en la calle Ledesma. Su misión es evidente: ofrecer una experiencia alrededor de una taza de café.
Desde primera hora de la mañana la expectación fue absoluta; no en vano, a los primeros 50 clientes se les obsequió con una taza. “Hemos abierto a las ocho y media de la mañana, pero desde las siete y media había cola fuera de la cafetería”, explicó, agradecido con la acogida, Álvaro Salafranca, director general de Starbucks en el Estado, quien no quiso perderse la apertura del primer local de la multinacional en la zona norte. “Era la ciudad más votada y solicitada en las redes sociales. Teníamos una asignatura pendiente”, señaló sobre la inauguración que tuvo presencia en Twitter -tanto por sus simpatizantes que colgaban fotografías con los cafés como por sus detractores que achacaban el postureo creado en torno a la marca- bajo la etiqueta starbucksbilbao.
Ane, Miriam y Nadia, compañeras en la Cámara de Comercio, esperaron pacientemente la gran cola formada -que incluso invadía el espacio que Starbucks comparte con la empresa electrónica Samsung- para probar ese mismo café que ya habían paladeado en ciudades como Madrid y Barcelona, pero esta vez en casa. “Es el sitio de moda. Al ser el primero que abre hay mucha gente, aunque es para venir de vez en cuando, porque es muy caro”, comentaban las tres jóvenes que pidieron dos cafés Caramel Macchiato, cuyo precio oscila entre los 3,5 y los 4,7 euros, dependiendo del tamaño, y un Frappuccino de Mocca Blanco, entre 4,3 y 5,1 euros.
Mientras ellas optaron por pedir la bebida para llevar, servida en recipientes de cartón en los que la cadena plasma estratégicamente su logotipo, otros optaron por degustar el café en la tradicional taza de porcelana. El matrimonio compuesto por Inma y Jon, de Amorebieta, no dudó en sacarse una selfi dentro del local. “La verdad es que no conocíamos estas cafeterías. El tiempo dirá cómo funcionan, aunque creemos que bien”, comentó Inma, quien no quiso arriesgar demasiado, alrededor de un Caffè Latte, o lo que es lo mismo, un café con leche.
Uno de los grandes atractivos que ofrece la cadena -a la que debe parte de su éxito- es el wifi gratuito, motivo por el que muchos clientes aprovechan su estancia para conectarse. Conscientes del potencial de ofrecer una conexión permanente, el nuevo local de Bilbao, decorado con detalles industriales, ofrece enchufes y clavijas USB para cargar teléfonos que ayer se estrenaron. Entre las novedades ofrecidas por el local de 140 metros cuadrados con una plantilla de 16 personas, destacan también los sabores de otoño, como el café Pumpkin Spice Latte o la galleta Nutella Cookie.
La potente campaña de marketing iniciada por la multinacional estadounidense, que durante el jueves repartió en la villa 5.000 invitaciones con las que regalaban un café, fue efectiva a tenor de la gente congregada. Tanto que ya se comenzó a hablar de aperturas futuras. “Nos vamos a centrar en que las experiencias que ofrecemos en Bilbao sean las únicas y diferentes. A partir de ahí estoy seguro de que seguiremos creciendo para ofrecer esa experiencia en muchos más sitios”, señaló Salafranca.