Bilbao- Será curioso oírle porque hoy habla un soñador sin sueños, un hombre que no vino hecho de fábrica pese a que jugó entre ellas sino que se ha forjado con una de las materias primas que más escasea a menudo que uno asciende en la vida, la bonhomía. Hoy les habla un hombre que ha hecho del trabajo una amistad, un tipo capaz de hacer de la espiritualidad sin florecillas ni pífanos un rasgo singular de su carácter, un boina verde con corazón de oro. Merece la pena escucharle.
¿Cómo sobrevivir al siglo XXI con un oficio del siglo XX?
-Usando las mismas herramientas, basadas en las emociones. El siglo XXI será la era tecnológica pero lo que nunca va a cambiar es el efecto del tú a tú, la confianza que nace del respeto y la credibilidad que ganas con eso. En toda relación queda el cara a cara.
¡Adiós al Facebook!
-¡Qué va!, bienvenidas sean las redes sociales. A veces tienes la sensación de que se entablan relaciones ficticias pero también ves cómo personas que comparten mesa y mantel en gustos o en ideas pueden coincidir, compartirlo todo. Tiene un efecto más inmediato pero quizás menos duradero.
Pidámosle un don de superhéroe al genio de la lámpara maravillosa
-Tener la capacidad de solucionar problemas; de salud, económicos... de toda índole. Es curioso, nunca he tenido héroes de carne y hueso; a lo sumo, algún superhéroe de cómic, que es lo que quería ser de peqeño. ¿Cómo mató ese gusanillo?
-Mire, yo creo que de ahí acabé entrando en el taekwondo. Era un niño enclenque y delgadito y pensé que quizás así me hacía superhéroe...
¿Recuerda el primer gran golpe?
-Una patada de un competidor zurdo que plantó una dolio chagui en la cara que casi me arranca la cabeza.
Sintió...
-Sorpresa y vergüenza porque vi que el tipo me dejaba KO y eso, en mi mundo, era pérdida de honor.
Hablamos, entonces, de otro tipo de golpes
-Claro. Duelen mucho más los golpes de la vida por inesperados y porque, aun esperándolos, deseas que tengan otro desenlace que no llega.
La más dura zancadilla de su vida fue...
-El golpe más duro fue la pérdida de Aintzane, la mujer que fue mi compañera durante 24 años de mi vida.
¿Que pensó entonces?
-El Camino de la Vida me puso esa trampa y no sé de dónde saqué fuerzas para salir adelante.
¿De dónde salen al cabo?
-No lo sé, es algo íntimo. El ejemplo más claro que veo es el de los prisioneros de Auschwitz. ¿Cómo pudieron aguantar aquello? No lo sé.
¿Quizás apoyándose en los sueños?
-Es curioso, nunca he tenido sueños. Las cosas aparecen en el transcurso de la vida y vas tomando decisiones. Creo que vivimos en un mundo de estrategias y yo no me he dejado llevar por el camino que querían otros.
¿Sin un plan?
-La gente hace planes de su vida sin ser conscientes de que lo puedes perder todo en un santiamén.
¿No es buena aspiración esa de subirse al cajón más alto del podio?
-Cualquiera que haya triunfado no creo que lo haya hecho queriendo ser el mejor. La lucha es otra, interna. Gana quien da lo mejor de sí porque ganar es estar a gusto con uno mismo, no el reconocimiento. Y ahí se igualan el albañil y el arquitecto.
Agradece uno que se lo agradezcan
-En mi mundo haces el bien sin pedir nada a cambio. Si alguien te lo agradece, cojonudo. Tener el cariño de la gente no tiene precio.
¿Entienden las empresas el beneficio de las relaciones públicas?
-Hay empresas que buscan benenficios inmediatos y no es así. Se trata de regar y luego la cosecha sale o no. Pero importa la siembra.
¿Lo entienden los aspirantes?
-No lo sé. No se trata de repartir tarjetas. Tienes que saber si al cliente le duele algo, si tiene problemas con los hijos, acordarse del cumpleaños... Preocuparte por el ser humano.
¿Ese mundo no desaparece?
-No. ¿Murió el teatro por culpa del cine; el libro de papel por Internet?
¿De dónde le nace la vocación?
-No lo sé. A los 13 años, en el colegio de los Maristas nos hicieron un test. Y mi nombre apareció ligado a los oficios de azafato, relaciones públicas o algo relacionado con la literatura. ¡Lo de azafato me dejó planchado!
Confiese algún pecado prescrito de aquella época
-¿Seguro que ya no hay consecuencias...? A los 12 años entre varios amigos rompimos los cristales del Depósito Franco. Fui detenido por los grises y me llevaron al tribunal de menores. A cinco niños nos querían hacer pagar todo el edificio.
¿Qué valor le concede a la palabra dada?
-A lo largo de mi vida la palabra ha sido, es y será sagrada. El compromiso se respeta siempre y cuando la respuesta es no, hay que explicar el por qué y no marear dando largas.
¿Cuesta más decir “no” en la vida?
-Si es amigo, lo entiende. Y si no lo es, tratas e explicárselo.
¿Qué pesa más en su balanza, el amor o la amistad?
-Es una situación en la que no me he visto nunca y no me voy a ver ahora. He tenido y tengo grandes amores y grandes amigos.
Tampoco le gustarían los años de plomo, supongo...
-Viví y vivo la violencia con mucho dolor. En mi mundo caben todos los desiguales, los que piensan diferente. Esta sociedad la tenemos que construir entre todos.
¿Piensa así Europa? Lo digo porque hay puertas que se cierran... ¿Hacia dónde vamos?
-En el siglo XXI la vieja Europa está condenada a entablar las bases de un mundo más justo y solidario después de años de guerras, egoismos y rapiñas que han provocado lo que hoy vivimos. Yo creo en lo que los budistas llaman compasión: ponerte en el lugar del otro e intentar ayudarle.
Banalicemos las preguntas: ¿ligar en Bilbao es milagro antes que pecado?
-Ni lo uno ni lo otro. Lo importante es ser libre para hacerlo, tener labia y tener tiempo por las dos partes.
Los jóvenes le agradecerán esa ‘esperanza’ ¿Cómo ve usted la juventud de hoy?
-Hay una pequeña parte pasiva, eso que llaman los ninis. Pero también la juventud mejor preparada de la historia que tiene que marcharse como antaño otros tuvieron que irse a Alemania. Somos muy injustos cuando los juzgamos de vagos. No midamos por el mismo rasero a todos.
¿A qué dedica el tiempo libre? le pregunta José Luis Perales
-Tengo muy poco. Todos los días hago mis rutinas de taekwondo pese a estar viejo e intento ayudar a montar ONG y proyectos que contribuyan a transformar la sociedad.
Elíjame un rincón íntimo
-El sofá de casa. Para mí es como el sofá del psiquiatra. Ahí hablo conmigo mismo y me planteo cosas.
¿Qué deuda le queda por cobrar?
-He sido tan feliz que creo que no me queda nada por hacer. La vida me lo ha dado casi todo salvo un hijo. Espero no perder nunca mi sonrisa, ni mi capacidad de sorprenderme y de aprender.
El cuestionario de la villa
¿Qué lugar de Bilbao le resulta hoy irreconocible? La ría, un espacio lleno de vida que embellece el Palacio Euskalduna, el Guggenheim, los puentes y la Universidad de Deusto.
¿A qué altura de su vida hubiese parado el reloj? No pararía. El camino de la vida es saber que puedes perderlo todo y salir adelante luchando.
¿Qué añora del Bilbao antiguo? La vida compartida en familia. En mi caso teníamos puntos de encuentro mágicos como el Txakoli de Potasio o la Cervecera, ambos en Deusto.
¿Qué admira y qué le contraría del Bilbao moderno? Su arquitectura y el metro. Y la capacidad para sobrevivir a las crisis innovando y con grandes apuestas en la incertibumbre.
¿Qué personaje bilbaino -o vasco- le ha causado admiración? El Padre Arrupe y José Antonio Aguirre. Representan adaptación y liderazgo. Uno, superviviente de la bomba atómica y hombre zen; el otro, líder que supo poner de acuerdo a diferentes y gestionar un país en guerra.
¿Cuál es el primer recuerdo que le viene de la villa? Un espacio mágico con la Ribera de Deusto, con su Palacio de Madaleno hoy reconstruido.
¿Qué acontecimiento le hubiese gustado presenciar en Bilbao? Antes hubiera dicho la paz. Hoy espero ver la reconciliación de nuestra sociedad, fracturada por años de sufrimiento.
¿Cuál es, a su juicio, el distintivo de Bilbao fuera de la ciudad? La gente y su orgullo por la villa. Y la creatividad, innovación e inversiones que nos han puesto en el mundo.
Describa su paseo predilecto.
Salir de Colón de Larreategui hasta el Museo Maritimo y hacia delante por la ría. Zorrotza, Barakaldo, Sestao y hasta Santurtzi. Dura 2 horas y media.
¿Cómo ve el Bilbao del siglo XXI? Como una pequeña Megápolis, con gente de otras culturas que enriquecen, no solo en lo gastronómico, ja ja, sino en lo cultural.
El protagonista
Edad. 58 años.
Lugar de nacimiento. Bilbao. Nací en casa, en la calle Arbolancha.
Familia. Pareja estable.
Trayectoria vital. Empezó el camino como perfumista en los Laboratorios Usain de su padre. Formado en dirección de marketing y comercial y en Recursos Humanos. Ha desempeñado los cargos de director de relaciones externas en Bizkaia y director de relaciones con los medios de Laboral Kutxa. Presume de ser cinturón negro de taekwondo, pregonero de Aste Nagusia en 2010, Hermano Mayor Honorario de la Virgen de Begoña, Académico de la Academia del Cerdo, Txarriduna (sillón ‘criadillas’), pregonero de Semana Santa (2005), Gigante de Bilbao (2009), Villano de honor, exconsejero de Cáritas, vocal directivo en el consejo de Unicef País Vasco, bilbainólogo e inspirador del ‘Isidroni’ un cóctel creado por Zaloa López, personal Bartender de Isidro allá en el pub Kendall de la calle Villarías.