BILBAO - La llegada del verano, tan esperada para los niños, se convierte a veces en una preocupación para las familias. No se trata solo de facilitar la conciliación laboral y familiar sino que a esto se añade la de atender las necesidades básicas de algunas familias que, castigadas por la crisis, ven tambalear la comida principal de sus niños. El pasado año el Ayuntamiento de Bilbao arbitró una solución de última hora para evitar que ningún niño tuviera problemas de manutención habilitando comedores sociales tras las colonias. Este año, el nuevo equipo ha dado un paso más descentralizando las colonias urbanas a los barrios y ofreciendo la comida en los centros escolares.
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