Bilbao - Los gánguiles Manzanares, el Aldamiz tres y el Aldamiz once permanecen atracados en los muelles de Zorrotza a la espera de iniciar el traslado de la mayoría de la tierra y roca que se extraerá para culminar el canal de Deusto y convertir Zorrotzaurre en una isla.
La firma Dragados Aldamiz, propietaria de las tres embarcaciones de carga, está a la espera de cerrar el acuerdo con las empresas que acometen el magno proyecto de la excavación del istmo e iniciar el trasiego del material sobrante por la ría.
Como es conocido, la gran mayoría de las tierras que se extraigan serán trasladadas por la ría hasta las dependencias de la Autoridad Portuaria de Bilbao en Santurtzi, donde será depositadas para formar parte del embrión del espigón central, la última ampliación de las instalaciones portuarias del Abra Exterior.
Todavía está por decidir si tomarán parte en la operación del porte las tres embarcaciones. Todo dependerá de las prisas que tenga el Ayuntamiento de Bilbao, promotor y financiador de las obras, por cumplir el calendario del proyecto que, según el contrato actual, tiene que acabar en diciembre próximo.
A simple vista parece que no va a dar tiempo a culminar los trabajos en poco más de seis meses cuando las excavadoras aún no han empezado a actuar en la gran parcela que tienen que levantar para dejar paso al agua de la ría y que generará unos excedentes de 365.000 m3. La gran mayoría de ellos, 286.250 m3, serán evacuados por la ría; 38.740 m3, la que tiene cierto grado de contaminación, será trasladada en camiones por carretera a vertederos autorizados; y los algo de más de 40.000 m3 restantes se usarán en la misma obra.
Parece ser que el nudo gordiano por desatar para iniciar las excavaciones es el puente Gehry que todavía no ha sido concluido para su uso. El primer servicio que prestará será para los peatones, según adelantó el director de Obras y Servicios, Fran Víñez, y tras sufrir un retraso se espera que sea una realidad antes de concluir este mes.
Estos días, los trabajadores se afanan en concluir los accesos provisionales a ambos lados del puente siendo el más prolongado el vial por la margen izquierda que conectará a vehículos y peatones con la carretera de la Ribera de Deusto.
En este calle ya se observa una conexión con la pista que se acerca a la que será la futura orilla de la isla y que usarán los camiones en su corto recorrido por la zona de obras.
Y es que el puente también es necesario para el tráfico de los camiones que con los volquetes cargados trasladen los excedentes hasta el pequeño muelle que se va habilitar en la margen derecha del canal, en paralelo a la calle Morgan.
En este punto esperarán los gánguiles a ser cargados para iniciar una travesía que concluya en la gran piscina habilitada por la Autoridad Portuaria durante el pasado invierno y que desde finales de marzo está dispuesta para recibir los excedentes del canal. A día de ayer, el puerto aún desconocía cuándo iban a llegar los gánguiles cargados.