CORRIENDO, a marcha ligera o de paseo, cientos de mujeres de todas las edades se calzaron ayer las zapatillas de deporte, las mallas y la camiseta fucsia para apoyar la labor de la Asociación Clara Campoamor. Lo importante no era el tiempo que tardaban en hacer los 7,5 kilómetros del recorrido de la Emakumeen Martxa -en eso cada cual a su ritmo-, sino animar a las mujeres a practicar deporte y así poder llevar una vida más saludable.

Ese era el objetivo de la asociación organizadora de esta segunda edición, y la respuesta fue exitosa. El día soleado contribuyó a que la mayor parte de las participantes se apuntaran a última hora, aunque desde las 10.30 horas cientos de chicas se animaron a hacer el calentamiento a ritmo de zumba en La Pérgola.

Sonia Esteban y sus amigas, Leire y Bea Berezo, corrían por primera vez en esta marcha. “Las he convencido para participar, porque me pareció una iniciativa solidaria interesante y por hacer un poco de deporte. Aunque Bea y yo hemos corrido un ratito y luego andando, porque aquí la corredora de verdad es Leire Berezo, que ha llegado a la meta en séptimo lugar”, contaba Sonia. “Tengo claro que las labores del hogar y el cuidado de los niños son un freno para muchas mujeres a la hora de hacer deporte. Lo hacemos todo por la casa, el trabajo y la familia, pero muy poco por sacar un hueco para nosotras mismas”, señalaba esta bilbaina, que encuentra a menudo un ratito para salir a andar.

Las pequeñas Elixane y Julene, de Basauri, se apuntaron a la carrera infantil de 200 metros que hicieron con su amama y la perrita, que llevaba su propio dorsal. Su amatxu, Yoli Calonge, corría “en la de mayores, en la larga”, contaban las pequeñas, que ya se habían estrenado en una carrera en Muskiz. “Salgo a correr y voy a nadar a menudo, pero el deporte que más hago es ser madre, que bastante deporte es”, bromeaba Yoli. “La falta de tiempo y el hecho de asumir la carga de los niños en el día a día es la principal razón de que muchas mujeres no hagan deporte”, opina esta basauritarra, que muestra su preocupación por la violencia de género y la discriminación laboral que sufren las mujeres.

También Patri, Nieves, Juani y Elisabeth, de San Ignacio -de ente 49 y 66 años-, llegaron al parque de Doña Casilda dispuestas a hacer el recorrido completo. “Iremos andando, porque ya tenemos una edad... y las rodillas nos dan problemas”, bromeaba Patri, “aunque hacemos gimnasia de mantenimiento tres veces por semana y salimos a caminar casi a diario”, aseguraron. Ellas también están preocupadas por los problemas que afrontan las mujeres en la sociedad y alaban el trabajo reivindicativo de Clara Campoamor. “Las mujeres tenemos más cargas familiares y eso motiva menos a hacer deporte”, decía Nieves. “Nosotras siempre somos las que llevamos las de perder”, lamentaba Elisabeth, “aunque cada vez nos animamos más”. “A mí lo que más me preocupa es la violencia de género, pero la discriminación laboral me da especialmente rabia”, comentaba Patri.

En el puesto de inscripción, Amor Zubizarreta recogía su camiseta dispuesta a darlo todo. “Tengo 80 años y no estoy ya para correr, pero ando a diario y me gusta mucho. Haré lo que haga falta para llegar”, prometía.

La distancia tampoco fue impedimento para Maribel Navarro, de 33 años, que llegó desde Laredo con su marido, su hermano y su sobrina Lur -de poco más de dos años-, que lucía el dorsal y correteaba por La Pérgola. “Desde que me tomé en serio salir a correr de forma habitual me estoy apuntando a carreras de este tipo, no por competir, pero por hacer deporte y hoy por solidaridad con las mujeres. En octubre vine a correr la carrera de la lucha contra el cáncer”, recordaba.

Nagore Garate, de Bilbao, llegaba segunda a la meta “El año pasado no participé, pero me ha gustado mucho el recorrido”, comentaba. La que sí estuvo en la primera edición es Laura, de 11 años, que corría con las mayores por primera vez. “El año pasado ayudé en la organización y con las camisetas a mi tía, que es de Clara Campoamor, y hoy lo voy a dar todo”.

Ayer, en Bilbao, una marea de mujeres en fucsia pisaron fuerte.