La ‘tierra’ que le hizo crecer en la pasarela

Proyección. La elección de su rincón favorito de Bilbao genera en Yolanda Aberasturi serias dicotomías: no tiene claro si ha de elegir los recuerdos, la belleza o la proyección hacia el futuro. Duda entre el Casco Viejo, con el teatro Arriaga y el puente de San Antón entre los candidatos más sobresalientes, o enfocar su mirada hacia el Museo Guggenheim que ha propulsado a Bilbao hacia un porvenir rosado. Se decanta, al fin, por este último escenario, sobre todo al recordar cómo una de sus creaciones, inspiradas en la fabulosa obra de Frank Gehry, dio a la estilista un renombre internacional y la posibilidad de que su obra se hiciera un hueco el arte de la peluquería. Aquel peinado ondulante que evocaba al gigante de titanio que paseó por las pasarelas llevó el nombre de Yolanda Aberasturi y su artesanía con las tijeras de paseo por medio mundo. En fin, que pudo el punto de encuentro entre la ciudad y la persona por encima del mar de los recuerdos y la nostalgia. Tal vez porque el recuerdo de aquel impulso pudo más que la nostalgia o tal vez porque Yolanda se confiese como mujer que admira la belleza por encima de muchas cosas, como uno de los grandes dones que da la vida. Foto: Pablo Viñas