La sala de consumo de Bailén reabre hoy tras adaptar sus instalaciones
Gizakia, fundación ligada a Cáritas, busca en Andén 1 la inserción social de sus usuarios como objetivo final
BILBAO - Andén 1, el centro que sustituye a la narcosala de Bailén donde desde hace más de diez años las personas con adicciones tienen un consumo supervisado, abre hoy sus puertas para acoger de nuevo a sus usuarios. Desde el 25 de noviembre ha permanecido cerrado tras la decisión de Médicos del Mundo de no continuar en este proyecto. Gizakia, la fundación social nacida del seno de Cáritas, se ha encargado de reformar sus instalaciones para adaptarlo a los nuevos servicios que se quieren ofrecer. Andén 1 nace con unos propósitos más ambiciosos que los iniciales. “Queremos que haya un acompañamiento a los usuarios para ayudarles a su inserción a aquellos que así lo deseen”, explicó la directora de Gizakia, Estibaliz Barrón.
En la puerta de entrada de la antigua narcosala en Bailén ya hay un cartel que anuncia la apertura del centro hoy a las once de la mañana y hasta las 18.30 horas.
Este será el horario diario durante todos los días, excepto dos días al año, coincidiendo con la Navidad. Mientras el centro ha estado cerrado, algunos usuarios despistados se han dirigido al edificio e incluso han preguntado a los obreros que estaban trabajando la fecha de apertura. Si se ha dilatado algo más de lo previsto la puesta en marcha del nuevo Andén 1 es porque faltaba por llegar material sanitario.
VISITA La pasada semana, DEIA tuvo la oportunidad de entrar en las nuevas instalaciones y recibir de primera mano, del equipo de Gizakia, la información sobre lo que será el nuevo proyecto que fundamentalmente va a estar atendido por los voluntarios de la fundación. Precisamente, la función social y la red de colaboradores de esta entidad de Cáritas es la que ha pesado para que sean quienes dirijan el proyecto a partir de ahora.
Ilusión no les falta y han cuidado todos los detalles para que incluso visualmente el usuario entre en una estación que le pueda llevar a cambiar el viaje de su vida hacia un destino mejor.
Andén 1 tiene la configuración de un andén ferroviario en el que las diferentes salas en función de las adicciones pueden ser los vagones. Hay bancos donde descansar y paneles informativos similares a los de los trenes en los que te indican las paradas del trayecto. En este caso, las paradas son las fases que podría seguir el usuario hasta conseguir su inserción social.
El proyecto es fruto de un estudio profundo sobre los usuarios que acudían a la narcosala de Bailén. Tras realizar entrevistas con las personas que habitualmente utilizaban el centro, los resultados determinaron que en un porcentaje mayoritario son personas de Bizkaia.
El proyecto está auspiciado por el Gobierno vasco, el Ayuntamiento de Bilbao y la Diputación de Bizkaia, que son quienes han costeado la reforma de las instalaciones.
En Andén 1 además se contará con educadores de calle que tratarán de atender a potenciales usuarios que ahora puedan estar en los vagones abandonados de La Naja para consumir. Este es precisamente uno de los nuevos servicios que ofrecerá Andén 1. En el centro habrá además de los voluntarios, psicólogos y médicos que atenderán a los usuarios e incluso pueden orientarles en el caso de que estén dispuestos a dejar su adicción.
Así, el nuevo centro sociosanitario de Bailén seguirá siendo un lugar de consumo supervisado de baja exigencia pero con un propósito de inserción social como destino final para lo que trabajará en red con todos los servicios institucionales relacionados con este campo.
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