Bilbao - "No vamos a esperar más. Tolerancia cero". Surbisa, sociedad municipal encargada de las rehabilitaciones, ya se ha autoimpuesto el cumplimiento estricto de los plazos en el edificio dejado al abandono desde hace años entre los números 10 y 14 de la calle Bruno Mauricio Zabala. A pesar de las reiteradas advertencias de Surbisa, con varias multas a los propietarios -Panificadora San Isidro y la constructora Red Fonsal-, alguna de ellas "ejemplarizante", los dueños del inmueble han hecho caso omiso a estas llamadas de atención y continúan sin acometer las reparaciones del mismo. Por ello, Surbisa se ha visto obligada a actuar de manera subsidiria, de manera que será ella quien acondicione el edificio para pasarle después la factura a los propietarios. Aunque, de momento, solo actuará en el número 14.

El debate está candente desde 2011 y afecta de lleno al bilbaino barrio de Zabala y a sus vecinos, representados por la Asociación de Vecinos Zabala-Berri. Ninguno de los dos propietarios ha reparado el edificio conforme a lo establecido por Surbisa, que tiene como objetivo garantizar la seguridad de los vecinos y viandantes de la zona. Esta falta de reacción ha derivado en la imposición de dos multas de 1.500 euros a cada propietario y una tercera a Panificadora de 5.000 euros, impuesta en el mes de marzo. Teniendo en cuenta esa falta de actuación tanto de la panificadora como de la constructora, Surbisa ha decidido tomar cartas en el asunto y ha adoptado dos posturas distintas con cada uno de los propietarios.

Sanción y prórroga Surbisa ha impuesto a Panificadora San Isidro -propietaria de los números 10 y 12- la tercera multa de cuantía "ejemplar" de 5.000 euros, por el reiterado incumplimiento de las resoluciones municipales de octubre de 2011, febrero, junio y agosto de 2012 y abril de 2013. Panificadora todavía no ha presentado ningún proyecto que incluya el presupuesto para los arreglos solicitados, como la sustitución o reparación de bajantes, saneado de carpinterías y elementos metálicos... Además, en los últimos meses, Surbisa les ha pedido la inclusión de la reparación parcial de la cubierta, ya que está afectando con humedades a algunas viviendas del número 8. "El edificio ha sufrido un deterioro con el paso de los años, por lo que les hemos ampliado el margen de actuación", afirman desde Surbisa. En un tiempo de 45 días desde la recepción de esta última notificación, deberían haber presentado el presupuesto previsto y haber comenzado las obras de reparación. En palabras de la Asociación de Vecinos Zabala-Berri, "la panificadora tiene un presupuesto de unos 100.000 euros, pero no está dispuesta a hacerlo", cuentan los vecinos haciendo mención a los posibles problemas económicos que podría tener Panificadora San Isidro.

En el número 14, la situación es bien distinta. Después de que Red Fonsal haya presentado el presupuesto y el proyecto de reparaciones, deberían haberlo llevado a cabo en un plazo máximo de un mes desde la recepción de la autorización. "Está a punto de cumplirse el plazo y no ha habido ningún movimiento en el edificio. La ejecución subsidiaria será el siguiente paso que demos", detallan fuentes de Surbisa. "Buscamos la efectividad y que el edificio esté en condiciones". Es por ello que el Consistorio realizará las reparaciones que considere oportunas y adjudicará la obra según sus criterios, haciendo llegar posteriormente el gasto al propietario.

La situación ha dado un giro en las últimas semanas: la más que probable ejecución de las reparaciones en el número 14 de manera subsidiaria supone un paso más en la toma de decisión de este edificio dejado al abandono. "Vamos a ser muy rigurosos", dice Surbisa. Parece que el rompecabezas de Zabala comienza a encontrar soluciones.