Bilbao - Aunque no le guste reconocerlo, lleva ya una década al frente del desarrollo de la península de Zorrotzaurre. Diez años de trabajo continuo en la iniciativa urbanística de más calado que va a asumir la ciudad en el siglo XXI. Un propósito que ha sufrido un sinfín de incertidumbres y obstáculos, los cuales han retrasado el arranque del proyecto emblemático que ayer vio comenzar los trabajos.
Bueno, por fin.
-Todo llega.
Pero ¿tarde? ¿Con demoras?
-Hay que tener en cuenta que es una iniciativa muy compleja y está teniendo todos los problemas y condicionantes posibles. Eso ha supuesto que el proyecto haya ido más lento de lo que nos hubiera gustado. Pero lo importante es que las obras del canal ya han comenzado.
¿Es tan importante como para que se la considere la obra del siglo?
-Sí, va a ser un cambio clarísimo porque para Bilbao supondrá una obra crucial, por un lado, para garantizar una rebaja de la inundabilidad de la ría, pero también por lo que va a suponer de aparición de un nuevo territorio para la ciudad y los bilbainos.
¿En qué sentido?
-Convertir en isla Zorrotzaurre va a permitir visualizar realmente la entidad del canal. Es que es una zona que solo los que viven cerca, o lo ven desde cierta altura, saben lo que es. Es una nueva zona por descubrir.
Personalmente, ¿qué ha supuesto hoy (por ayer) la apertura?
-Llevo ilusionado desde que el Ayuntamiento sacó a concurso las obras. Entonces sabía que todo ya era imparable. Cuando dentro de un par de semanas esté la zona vallada y el terreno a retirar se vea, se percibirá su importancia.
El canal será abierto por el Ayuntamiento, pero el puente que unirá la isla a Deusto lo financia la Comisión Gestora. ¿Será complicada su construcción?
-No, se va a construir en seco, lo que supone un cambio radical a mejor en los tiempos de trabajo. Además, las piezas vendrán prefabricadas, con lo que la colocación no tendrá una gran complejidad.
Es ya el comienzo definitivo de la operación Zorrotzaurre.
-Es el hito que determina que Zorrotzaurre ya se mueve y a eso hay que unir el hecho de que está en marcha el plan de reparcelación de los terrenos y se está finalizando el proyecto de urbanización de la primera fase.
Este desarrollo normativo y el plan urbanístico en sí ha cambiado por presiones vecinales, sentencias judiciales, broncas políticas...
-Pero por otro lado creo que es el momento ideal para arrancar el proyecto de Zorrotzaurre, porque estamos empezando a salir de la crisis y en una iniciativa de esta envergadura es bueno empezar ahora.
Y si se hubiera podido iniciar en plena crisis, ¿habría arrancado?
-No lo sé, pero este es buen momento porque sabemos que todo va a ir a mejor, despacito, pero va a ir a mejor.
Vaya, parece que la manida crisis ha ayudado a Zorrotzaurre.
-Se puede decir que sí. Hombre se ha llevado empresas como Cromoduro y ha tenido efectos devastadores en el sector inmobiliario, pero la crisis ha ayudado a hacer viable el proyecto. Sin la crisis, el Ayuntamiento igual no se hubiera comprometido con el canal.
Zorrotzaurre se basa en la construcción de más de 5.000 viviendas y, con su venta, urbanizar todo el área. ¿No es caer en errores pasados de fiebre inmobiliaria?
-Se refiere a Bilbao Ría 2000.
Me viene a la mente, sí.
-Pero en Ría 2000 había unas plusvalías que se generaban de antemano. Este es un proyecto finalista, se han hecho las cuentas, las plusvalías van a salir de aquí y con ese dinero se paga las obras de urbanización.
¿Habrá mucho beneficio?
-Las cuentas salen justitas, pero si salen hoy, en cuanto las cosas empiecen a mejorar comenzaremos a tener un poco más de holgura.
Entiendo que no habrá especulación en la futura isla.
-No va a haber grandes negocios. Se trata de que salgan las cuentas y de que los promotores ganen dinero suficiente para seguir en funcionamiento y reinvertir en otros proyectos generando puestos de trabajo.
El que la mitad de las viviendas sean de protección oficial del Gobierno vasco es un anclaje.
-Sin duda, su implicación social es esencial.
¿Se pueden comparar en tiempos Zorrotzaurre y Abandoibarra? La última ha tardado casi 20 años en desarrollarse y era un área mucho más pequeña.
-No me preocupa el tiempo. En Abandoibarra hay 800 viviendas, en Zorrotzaurre van a ser 5.500. Es bueno que la ciudad vaya creciendo despacio y que se vaya asumiendo poco a poco a los nuevos vecinos. El cambio con respecto a épocas pasadas es que Zorrotzaurre se va a construir a demanda, es la que marcará el tiempo, y el proyecto se prolongará lo que se necesite.
¿Cuántos años pueden ser?
-Alrededor de 30 años. Es el tiempo para hacerlo de una forma sostenible. Pero a corto plazo ya hay elementos urbanísticos que van a aportar a Bilbao grandes cosas, empezando por la apertura del canal.
La aprobación inicial del plan de reparcelación ha recibido 49 alegaciones. ¿Son pocas o muchas?
-Son unas cuantas.
¿Cuántas se van a admitir?
-Es pronto para determinarlo, ya que las estamos empezando a estudiar. Es un tema complejo porque cualquier cambio supone cambiar todo el proyecto. Nos va a llevar un tiempo el proyecto definitivo.
¿Más retrasos?
-No lo creo, nuestro objetivo sigue en aprobar la reparcelación definitiva para fin de año.
¿Por qué no se ha ido todavía ninguna industria?
-Antes de la aprobación inicial del plan de reparcelación no podían, pero hay algunas, como Cadenas Vicinay, que ya funciona en su nuevo emplazamiento de Sestao y, por ejemplo, Metalduro se ha ido hace poco tiempo.
¿Y después del inicio del canal?
-Seguiremos con obras de urbanización primero.
¿Para cuándo los primeros pisos?
-El tiempo no me preocupa ahora.
¿Y dónde se van a levantar?
-Por lógica, al estar los solares vacíos y haber posibilidad de accesos, serán pisos de protección oficial en la zona de los muelles al lado de Sarriko, pero es algo que todavía no está aprobado, ni validado. Podemos tener una previsión con la que trabajamos pero luego pueden llegar cosas no esperadas.
¿Cuánto queda del plan de la arquitecta y urbanista Zaha Hadid?
-Todo. Si pone a lo lejos los dos planes, el de Zaha Hadid de 2007 y el actual, son iguales. Si baja más al detalle, se han movido un poco los edificios, hay alguna pequeña modificación pero la esencia se mantiene como quería el alcalde Azkuna.
Fue uno de sus proyectos de urbanismo preferidos.
-Así es, su amistad con Zaha Hadid lo demuestra. El lanzó el tema del canal, creyó en Zorrotzaurre desde el principio y lo defendió siempre. Todos hemos pensado que le hubiera gustado vivir este día e inaugurar el primer puente, que el bautizó con el nombre de Frank Gehry.