Bilbao
NO me imaginaba la calle tan amplia", comentaban ayer dos bilbainas, teléfono móvil en mano, mientras una de ellas inmortalizaba la nueva vista de Sabino Arana, una de las principales arterias de Bilbao. Lo cierto es que, a pesar de su aspecto actual de zona cero, la retirada el lunes de madrugada de los cuatro tableros que componían el tramo de los viaductos situados sobre la calle Autonomía ha dado lugar a una panorámica insólita. "Ahora ya se ve hasta Monte Caramelo. Esto antes era impensable", comentó un vecino de Indautxu, pero buen conocedor de lo que hasta hace poco ha sido la principal entrada por carretera a Bilbao.
Corren tiempos de cambio para la capital vizcaina. La ciudad está renovando y creando nuevas infraestructuras a partes iguales. Los bilbainos lo saben y no quieren perderse detalle de un momento histórico. Por eso, ahora, gracias a las nuevas tecnologías es difícil dar un paso por la ciudad sin ver a alguien, smartphone en mano, retratando los cambios. El nuevo San Mamés, las viviendas de Garellano y la demolición de los accesos de Sabino Arana copan las fotografías. "Es impresionante cómo está quedando la calle, parece otra", indicó ayer Iñaki, vecino de la zona, que no pudo evitar pararse en la esquina entre Sabino Arana y General Eguía para contemplar la vista. "Ahora ya no hay nada que te impida la visión, se ven todos los edificios", apuntó.
Idéntica situación disfrutaron los vecinos que esperaban en la parada del autobús de Autonomía, justo debajo de donde iba uno de los tableros del scalextric. "Ahora si llueve te mojas", bromeaban sobre el nuevo aspecto de la calle, sin techo sobre el que guarecerse. Por suerte, ayer lucía un sol que se coló por todos los rincones de Sabino Arana. Sin obstáculos. Vía libre.
También quedaron perplejos los asiduos de la parroquia Inmaculada Concepción o lo escolares del colegio Basurto. Incluso algunos niños se saludaban de acera a acera. "Estas obras le van a dar mucho a estas casas, se van a revalorizar", destacó un matrimonio de vecinos de la calle Avenida del Ferrocarril. "Es un avance muy importante para los vecinos. Ahora tendrían que quitar la carretera de Rekalde", agregaron en tono reivindicativo.
gigantesca Grúa Los trabajos para eliminar el tablero de autopista sobre la calle Autonomía se han desarrollado en horario nocturno durante cuatro jornadas con la ayuda de una de las grúas móviles más grandes del mundo. Todo ello ha permitido recuperar parcialmente el aspecto anterior a la construcción de los antiguos accesos a Bilbao. "Es una gozada salir y ver la luz e incluso el otro lado de la calle", señaló entusiasmada Paqui, vecina del número 63 de Sabino Arana, que lleva más de dos décadas sufriendo las consecuencias de la autopista. "Compré la casa hace 26 años y ya entonces me dijeron que iban a quitar la carretera y fíjate lo que llevamos aguantando", indicó aliviada.
Bloques de hormigón, cascotes, hierros, piedras... son parte del actual decorado pero los vecinos confían en poder ver pronto un paisaje más agradable. "Nos han dicho que van a poner jardines, espero que quede bonito", prosiguió Paqui, que durante este tiempo ha tenido que invertir mucho dinero en su piso para poder sobrellevar las molestias de la autopista. "Me tuve que gastar dos millones de pesetas en cambiar las ventanas para poder tener algo de silencio. Por las noches era insoportable, no podías tenerlas abiertas porque había un ruido espantoso, no te dejaban dormir los cláxones de los coches y se te metía el humo en casa", recordó al tiempo que se sintió agraciada por haber podido hacer la inversión. "Doy gracias a que disponía del dinero para cambiar las ventanas porque otros vecinos no podían e imagínate la vida así...", lamentó. Ahora sonríe cada vez que sale de casa al ver la casa de enfrente y se imagina cómo será el futuro de su barrio. "Las casas se van a revalorizar", afirmó satisfecha. Sin duda, los vecinos, aún cautelosos hasta ver el resultado final, salen a la calle con ánimos renovados y siendo testigos de un Bilbao de otra época.