BILBAO. El proyecto de Zorrotzaurre es una de las operaciones más emblemáticas y ambiciosas que emprende Bilbao en esta legislatura, pero no solo por la transformación urbanística, sino también por la actividad económica que va a mover. "El impacto social será tan importante como el desarrollo urbanístico", señaló ayer Juan María Aburto, consejero de Vivienda, Empleo y Políticas Sociales. Y coincidió con su valoración el teniente de alcalde José Luis Sabas, para quien el acto de ayer "es la firma de la actividad económica".

Ambos se referían al volumen económico que moverá este proyecto, 137 millones de euros, así como a los puestos de trabajo que va a generar en unos momentos en los que la construcción está castigada y el número de parados es desolador.

En Zorrotzaurre se calcula que la construcción y urbanización de la nueva isla generará alrededor de 3.400 empleos directos y 2.400 indirectos. En concreto, la unidad de ejecución en la que se va a actuar a más corto plazo y cuya firma se selló ayer ya creará unos 1.800 nuevos puestos de trabajo.

La actividad económica irá de la mano de la transformación urbanística que será, según valoró el propio Sabas, un paso cualitativo en la ciudad, porque cambiará la foto de la villa al pasar la península a isla. "Y, finalmente, hay que sumar el componente de seguridad porque gracias a la apertura del canal conseguimos reducir los riesgos de inundabilidad en el caso de que se produjeran crecidas importante en la ría".