BILBAO. Las semanas pasan y las afecciones por la demolición del scalextric de Sabino Arana crecen. A partir de mañana, los vecinos de Basurto que, hasta ahora, estacionaban sus vehículos a la sombra del viaducto viario clausurado, ya no podrán aparcar. El Ayuntamiento ha prohibido desde hoy el estacionamiento debido a la llegada de las máquinas que, próximamente, empezarán a trabajar entre las calles Autonomía y Tellagorri.

La prohibición implica la eliminación, al menos durante los próximos tres meses, de unas 300 plazas de aparcamiento que desde hace años venían ocupando los residentes y los conductores que estacionaban con el abono de la OTA. Esto supondrá una carencia importante de plazas de estacionamiento en Basurto durante los próximos días y que se acrecentará a partir de septiembre con el arranque del curso invernal.

Dejar expedita toda la zona de los bajos del scalextric es esencial para continuar los trabajos de demolición que durante este mes de agosto ya han alcanzado el cruce con la calle Autonomía. Las excavadoras y los martillos neumáticos han abatido ya la zona más baja de los viaductos en una primera fase de la obra que, también, incluía atacar la zona más alta del scalextric, parte que todavía no se ha ejecutado.

La demolición de esta parte de los viejos accesos, los que se fusionan con la actual autopista en uso tanto en dirección hacia Donostia como en sentido Cantabria, es posible que se acometa esta semana a tenor de otro de los cortes de los que ha dado aviso el Ayuntamiento a sus vecinos. En concreto, desde hoy y hasta el próximo viernes, el tramo de la avenida Sabino Arana que va desde la calle Novia Salcedo a la calle Tellagorri será cerrado en su totalidad, no solo para el estacionamiento sino también para el tránsito de los vehículos que circulan por las vías laterales y las mencionadas calles que atraviesan por debajo el viaducto. El corte de esta zona será en horario diurno de ocho de la mañana a las ocho de la tarde y afectará también a los garajes comunitarios de la zona.

La experiencia acumulada estas últimas semanas con la demolición acometida en el entorno de la calle Zankoeta ha permitido a la empresa contratada por la Diputación Foral ajustar la fórmula del derribo para molestar lo menos posible a los vecinos. Hay que tener en cuenta que las secciones de los tableros abatidos ya son de los que más cerca se encuentran de las fachadas de las viviendas y que, afortunadamente, no se ha registrado ningún incidente. Las pantallas de protección móviles que se colocan ante los edificios mientras las maquinas destrozan el cemento, evita que las trozos sueltos salgan despedidos.