Bilbao. Será uno de los acontecimientos más importantes de la ciudad en los próximos años: el momento en el que las tierras se retiren y el agua vuelva a correr ría abajo a través del canal de Deusto. La operación, que arrancará en noviembre, promete ser espectacular. Tanto, que el propio Ayuntamiento admitió, medio en broma, que estuvo a punto de incluir gradas en el proyecto. La operación ya está diseñada hasta el último detalle. Primero se asegurarán los dos laterales que están en contacto con el agua, luego los operarios clavarán hasta la roca los pilotes sobre los que se instalarán las nuevas márgenes y las excavadoras comenzarán a vaciar el tramo, de 75 metros de ancho, que hoy une la península de Zorrotzaurre con tierra firme. Se instalarán varias capas de escollera para asegurar el nuevo lecho de la ría y las márgenes tendrán diferentes soluciones, dependiendo del tramo, aunque el más utilizado será similar al que se ha ejecutado en la remodelación de los muelles a la altura de Abandoibarra.

La intervención permitirá, por una parte, aumentar la capacidad hidráulica de la ría -el agua tiene más espacio por donde discurrir-, con lo que disminuirá el riesgo por inundación en todo Bilbao. Además, supondrá el pistoletazo de salida a la regeneración urbana de Zorrotzaurre tras convertirla en una isla. Con un periodo de ejecución de 18 meses y un presupuesto de licitación de algo más de 20 millones -aunque los responsables municipales confían en que las empresas postulantes reducirán ese coste-, el brazo que une Zorrotzaurre y la ribera de Deusto será historia de forma definitiva en mayo de 2015.

Antes de abrir el canal en sí, será necesario construir dos muelles de ribera en ambas márgenes de la ría: el de la zona de la península medirá 369 metros y el opuesto, situado junto al IMQ, se prolongará 533. En un extremo de este último, aguas abajo, se ubicará una rampa para que las embarcaciones de salvamento puedan acceder a la ría. El istmo, el tramo que une la península a tierra firme, se vaciará hasta una profundidad de cinco metros bajo la lámina de agua, medio metro más profundo en la zona del canal actual. La ejecución de las obras, aunque rodeadas de agua, será en seco. Para ello, el primer trabajo después de desviar todos los servicios afectados -redes eléctricas, de agua o de telefonía que seguirán dando suministro a Zorrotzaurre durante las obras- es taponar los dos extremos de la gran zanja a excavar: el que da a la ría y el que linda con el actual canal. Para ello se utilizarán tablestacas, una estructura de contención flexible, que se clavarán en el suelo mediante martillos vibradores. Una vez construidos estos muros que impidan el paso del agua, llegará el momento de vaciar el tramo.

Hasta 12 metros de profundidad Para ello se perforarán y colocarán los pilotes que sujetarán los nuevos muelles. Estas columnas, de un metro de diámetro, se colocarán en filas de tres cada 6,5 metros e irán incrustadas a casi 12 metros en el subsuelo, tres de ellos en roca. No serán visibles desde el exterior en prácticamente toda la ribera, a diferencia de lo que ocurre en otros muelles de la ría en Bilbao, ya que irá revestido por un paramento o pared estética que se atará a la primera fila de pilotes.

Después será el turno de las vigas transversales que unirá esos pilotes, con un espesor de más de un metro, y que será prefabricada en el mismo punto de las obras.

Será a partir de ese momento cuando comience, en realidad, el vaciado del canal. Para ello se utilizarán retroexcavadoras, que irán retirando la tierra hasta una profundidad de 11 metros sobre la cota actual. Con ello, la ría cubrirá en esta zona entre cuatro metros en bajamar y nueve cuando la marea haya subido. El cauce, bajo la lámina de agua, tendrá forma de trapecio invertido como se observa en la imagen de abajo a la izquierda.

Una vez se haya creado esa especie de piscina entre los muros que soportan el agua en los extremos, se cubrirá el lecho de la ría para prevenir la erosión. Se colocará una capa de filtro en el fondo y, sobre ella, una escollera de protección. Además, en los planos inclinados que van subiendo hasta los muelles, se incluirá también otro relleno para reforzar su estabilidad.

Después, le tocará el turno a la parte superior, por la que discurrirán los muelles. Entre las vigas, se irán colocando varias capas de losas y otros materiales, con un espesor de más de metro y medio. Una vez que hayan finalizado estos trabajos, será la Comisión Gestora de Zorrotzaurre la encargada de urbanizar los muelles. Primero, se ejecutará la zona del canal que se sitúa aguas arriba del futuro puente, que se situará a la altura de la calle Julio Urkijo, a la que dará continuidad en Zorrotzaurre. Una vez que esté finalizado el nuevo viaducto, se derribará el actual muro de ribera, dejando entrar el agua por el ya antiguo canal.

Soluciones a la carta No todos muelles se construirán de la misma forma, aunque esta será la que se siga en tres cuartas partes del proceso. Aunque el orden de la ejecución sí será idéntica en todos los casos, cada tramo de muelle se ejecutará de una forma diferente, hasta un total de ocho, dependiendo de sus características. Así, por ejemplo, en algunas zonas se colocará un muro de mampostería sobre el ya existente, como en el lado de Deusto colindante con la ría, para reforzar la estabilidad del muelle en una zona especialmente sensible. En otros puntos más expuestos a la confluencia de las corrientes, los pilotes apenas tendrá una separación de 20 centímetros entre ellos.