Agur dragón, 'ni hao' serpiente
La comunidad china de la capital vizcaina celebra la llegada de su Año Nuevo con un gran festival
LA comunidad china en Bizkaia está de celebración. Según su almanaque, basado en el calendario lunar-solar, se encuentran en plena conmemoración del Año Nuevo. Se trata de quince días de fiesta con la que los chinos dicen agur al año del dragón y saludan con un ni hao -hola en mandarín- al año de la serpiente. Ayer, parte de esta comunidad quiso visibilizar su celebración y animar a los bilbainos a que participaran de su cultura con un festival del Año Nuevo en una concurrida plaza del Arriaga.
"Con esta fiesta queremos abrir una puerta entre China y Euskadi y dar a conocer nuestra cultura aquí, así como participar de la autóctona. ¡Que el año de la serpiente arregle lo que el año del dragón estropeó!", expresaba en un fluido castellano uno de los integrantes de la Asociación Qiao-Zubia Kultur Elkartea de Bilbao, organizadores del evento con la colaboración de la Federación vasca Wushu-Kung-fu, la Asociación Dao Ba Xian Wudang de Bizkaia y la Asociación de Amigos de China You Ching de Gasteiz.
Sin duda, fue una celebración multicultural. La ikurriña se entremezclaba con las estandartes orientales. Los maestros de ceremonias, una mujer y un hombre de origen asiático y un tercer hombre autóctono, realizaron una interesante introducción trilingüe, los dos primeros en euskera y castellano y el tercero en mandarín. "Hemos traído una muestra de artes marciales, danzas, música, artesanía china... para dar la bienvenida al Año Nuevo y que el año que entre sea mejor y más prospero para todos los vascos y los chinos que viven en Euskadi", añadían los maestros de ceremonias.
El festejo comenzó con la danza del dragón y del león; un vistoso baile lleno de colorido en el que un dragón ondulante y dos leones impresionaron a la multitud de espectadores que fueron agolpándose en las escaleras del Arriaga al escuchar las hermosas melodías con tintes orientales que salían de la plaza. "Que emoción. Alguna vez he visto el desfile que se hace en mi ciudad, pero no esperaba encontrarme aquí esta celebración", reconocía una turista parisina.
Tras el baile inicial llegó el turno de las exhibiciones de artes marciales que hicieron las delicias de grandes y pequeños. El kung-fu inundó la plaza. Primero, tres pequeños expertos de este arte marcial dieron muestra de sus habilidades, para después dar paso a los mayores.
Nueve guerreros se desplegaron por la plaza armados con lanzas y sables en una armoniosa danza. "Incluso desde aquí impresiona el sonido de los sables", ilustraba una de las espectadoras.
El fin de fiesta llegó con una muestra de taichi por parte de los profesionales que vino seguida de una invitación a unirse a la actividad dirigida al público. "Vamos a hacer una porción del Chin Kung -técnica- de la tortuga. Vamos, animaros a participar que lo vamos a pasar muy bien. Esto es bueno para todos, aprendemos a respirar. Venga, que todo el mundo lo puede hacer", animaba el presentador.
Buena parte del público alentada por la invitación bajó al escenario para copiar los suaves y delicados movimientos de los maestros, algunos con más tino que otros. "Esto relaja solo con verlo", describía una de las participantes.