Síguenos en redes sociales:

Universo alucinógeno

Bilbao Arte acoge la muestra del I concurso Arte Imposible de Etiquetar El certamen artístico fue convocado por la cerveza Alhambra Reserva 1925

Universo alucinógenoPablo Viñas

SI la comunidad científica fue capaz de describir como el Síndrome de Stendhal esa aceleración del ritmo cardíaco, la sensación de vértigo, la confusión, el temblor y las palpitaciones, incluso las alucinaciones que algunos individuos padecen al verse expuestos a obras de arte, en especial cuando estas son particularmente bellas o están agrupadas en un mismo lugar, tiene ante sí ahora un nuevo desafío. ¿Cómo catalogar las sensaciones que despiertan las 38 obras expuestas en Bilbao Arte? Son las piezas seleccionadas en la final de la primera edición del concurso de Arte Imposible de Etiquetar que organiza la cerveza Alhambra Reserva 1925. Dan la sensación de ser criaturas de un universo alucinógeno, el fruto del arte metido en una centrifugadora de la imaginación.

¿Cómo, sino, describir la silla Emmanuele, pequeño asiento de orfebrería en miniatura, con una diminuta boá de plumas rojas, un minúsculo collar de perlas desmayado en el suelo y unos zapatos de tacón propios de Pulgarcito? Todo el conjunto creado por Isabel Ceballos cabe en la palma de una mano y está metido en una campana de cristal, muy cerca de una lámpara indescriptible -al menos quien esto escribe no se atreve a ello...-, cuya imagen acompaña este relato. A lo sumo podía decirse que recuerda a una nube de algodón o a una maraña de crisálidas. ¡Quién sabe!

A la entrada de la sala Bilbao Arte, el visitante se relaja. Recibe, como compañía de visita, un botellín de cerveza Alhambra. Hará falta para pasar el trago de esa suerte de gabinete de un doctor chiflado, ideado por Mariana Marenduzo. En un armario de científico, embotellados en tarros de cristal y con apariencia de mantenerse en formol, aparecen restos insólitos, con formas fetales o monstruosas y nombres más preocupantes aún. Pensamiento existencial cuando se enfrenta a la pérdida de la belleza, Pérdida de la belleza una vez probada, Utopía de un ser imaginario, Ligación del cordón umbilical a la fuente de la vida; Ampliación de los círculos del cerebro humano o Memoria de un alma perdida. A estas alturas, salta la pregunta: ¿tendrá algo la cerveza y no te lo cuentan...?

Puedes pensar que sí, puesto que Helena García pone en escena otra singularidad: un bote de medicamentos relleno de píldoras con forma humana que han de disolverse, de manera efervescente, en un vaso de agua. Vidas efímeras se llama la creación. Hay también una suerte de bronce que se titula Salamandras cazando moscas y unos vestidos multicolor, con pastiches metálicos, diseñados y confeccionados por Saioa Aresti. No es de olvidar, tampoco, una aparente señal de tráfico en cuyo interior puede leerse un Hola, qué tal y un cartel publicitario antiguo donde se anuncia un sacatófono, un teléfono con aire de sacapuntas.

Todos ellos y muchos otros pugnarán por ganar el certamen, junto a los participantes de Barcelona, Madrid y Santander. El ganador se hará con un viaje a Londres y la matrícula en un curso de The University of Arts, donde combinarán arte e inglés. ¿Qué creará con esas dos materias?