Bilbao. Abrieron sus lujosas puertas el pasado día 15 y los primeros inquilinos ya están alojados en la media docena de apartamentos exclusivos y céntricos que la cadena hotelera Abba ha incluido en su oferta para la capital vizcaina. Ubicados en la plaza Euskadi, a la sombra del tótem de cristal que ilustra la imagen del Bilbao más vanguardista, este paquete de viviendas con capacidad para hasta cuatro personas tienen una superficie útil de 70 metros cuadrados distribuidos en dormitorio (16,87 m2), hall (3,66 m2), cocina (13,38 m2), pasillo (3,37 m2), baño (5,48 m2) y un salón-comedor-despacho de 27,19 m2.

Brasileños, suramericanos e ingleses han sido los primeros en arribar a la villa atraídos principalmente por el caprichoso ingenio de titanio injertado en Abandoibarra. "Preguntan por el Guggenheim y su proximidad al apartamento, y por la red wi-fi", señalaban a DEIA responsables de la cadena. Son turistas urbanos, una nueva especie que centralizan sus vacaciones o fines de semana largos en la ciudad, y que además buscan algo distinto al tradicional servicio de los hoteles. "Es un segmento en el que la compañía prevé crecer", afirman desde el Departamento de Marketing de Abba.

No en vano, esta modalidad de apartamentos turísticos gestionados por cadenas hoteleras lleva ya varios años funcionando en otros países de Europa y en capitales como Madrid y Barcelona. En la villa, Atxuri o Licenciado Poza ya cuentan con este tipo de pisitos que conjugan los servicios habituales de un alojamiento hotelero con la discreción y el ambiente familiar de una casa. Ahora, con el desembarco de Abba, se confirma el atractivo turístico de la metrópoli en sus facetas cultural, gastronómica y de ocio.

Los precios y condiciones de uso son idénticos a los del sector, según apuntan desde la compañía. "Los precios, por ejemplo, oscilan entre los 70 y los 150 euros, en función de la temporada y del cliente", describe Ramón Regás, director comercial de Abba Hoteles. Y es que, estos apartamentos también pueden ser reservados por meses con un coste de unos 3.000 euros, tal y como se hacían eco las webs especializadas.

"Las previsiones son modestas y con especulaciones, dependiendo del paso del paso de los meses y del fin de la crisis", afirma Regás.

Fianza y normas En este caso, Abba Hoteles no ha realizado inversión alguna sino que ha firmado un contrato de gestión con la propiedad de los inmuebles. Estos alojamientos extrahoteleros de cuatro estrellas son obra del arquitecto Carlos Ferrater, con un diseño y una funcionalidad acordes a los tiempos actuales. Precisamente, ese mobiliario que no se encuentra en las típicas habitaciones de hoteles y que regala una mayor calidez a la estancia es uno de los factores que más tienen en cuenta los turistas a la hora de formalizar la reserva, ya que el cliente debe abonar un depósito a modo de fianza.

Otra de las ventajas para los demandantes de este producto turístico es la disponibilidad de plaza de aparcamiento con acceso directo a la vivienda. "El acceso al parking es de lectura por matricula. La seguridad de los huéspedes y su privacidad es una de nuestras señas de identidad", apostillan desde la cadena hotelera. No en vano, los apartamentos (totalmente domotizados) están dotados con puerta de entrada blindada y cerradura de seguridad numerada. Asimismo, y como ocurre en la mayoría de los hogares (a fin de cuentas es lo que buscan estos clientes), existen una serie de normas básicas de comportamiento, limpieza e higiene que deben ser respetadas.

Demanda La iniciativa recientemente puesta en marcha vio la luz, sin embargo, hace ya un tiempo, aunque los responsables de la compañía hotelera han decidido activarla ahora. "Es cuando se ha detectado una cierta demanda de este producto", sintetizan. Solo durante el verano de 2012, la villa recibió a más de 220.000 mil turistas, lo que representó un incremento del 3% con respecto al mismo periodo del ejercicio anterior.

"Es una apuesta que otras cadenas están realizando para buscar ampliar el segmento de mercado dentro del turismo urbano", reconoce el director comercial de Abba Hoteles.

El tipo de viajero que accede a este tipo de viviendas incluye a familias, altos ejecutivos o asistentes a los numerosos congresos de expertos de carácter internacional que desde enero hasta diciembre se celebran en el Palacio Euskalduna. Y, cómo no, en ese perfil se incluyen aquellos turistas con bolsillo generoso, mayoritariamente extranjeros, que llegan a Bilbao para disfrutar en plenitud y con abundancia de los nutridos alicientes que salpican el callejero de la capital vizcaina.

De hecho, las personas de otra nacionalidad llegadas durante los meses de junio, julio y agosto del año pasado gastan una media de 350 euros al día y pernoctan más noches que el resto de visitantes, según datos facilitados por la Dirección de Turismo del Ayuntamiento bilbaino.