BILBAO
NO es la primera vez que este edificio de Olabeaga, vacío desde hace más de una década y que fue concebido para albergar un tanatorio, es noticia en relación a diferentes altercados y robos. Tampoco es el primer desalojo que se hace ni la primera vez que Funespaña se compromete a tapiar el edificio. Sin embargo, parece que en esta ocasión el muro de hormigón que impedirá nuevos asentamientos va a ser una realidad a juzgar por la comunicación oficial de la empresa y por las medidas de seguridad adoptadas.
El pasado año, miembros de la Plataforma Olabeaga Bizirik se reunieron con el concejal de Seguridad Ciudadana del Ayuntamiento de Bilbao, Tomás del Hierro, para expresarle su preocupación por la situación de inseguridad del barrio. Los temas a tratar eran claros. De hecho, le trasladaron su alarma por el aumento de robos, sobre todo, en vehículos, que se estaba produciendo en el barrio y que achacan a las personas que residían en el tanatorio de Basurto. Se quejaban de que, desde que se habían asentado en el esqueleto de este edificio, los robos eran más frecuentes. Decían que Olabeaga siempre había sido un barrio muy tranquilo, "una isla en Bilbao" y los últimos casos de robo habían hecho saltar la alarma entre los residentes. La plataforma, además, achacó los robos a la presencia de un asentamiento de indigentes en el armazón de hormigón.
Pero el problema no afectaba solo a los vecinos; también a la propia inseguridad de las personas sin hogar que lo ocupaban. De hecho, el pasado mes de mayo, un incendio en una zona de matas del esqueleto de hormigón del tanatorio de Basurto obligó a desalojar a una veintena de personas que se encontraban entonces en el edificio. Los bomberos de Bilbao se personaron en el lugar para sofocar el fuego, que generó una gran cortina de humo, aunque afortunadamente no provocó heridos. En apenas media hora, las llamas estuvieron controladas y los bomberos accedieron hasta el inmueble para comprobar si había alguien en su interior. Aunque había una veintena de personas no hubo que lamentar desgracias.
No ha sido el único suceso que ha ocurrido en este edificio. El más grave se cobró la vida de un hombre que, tras una pelea, cayó por uno de los huecos del inmueble. Por ello, la Policía Municipal llevaba ya un tiempo preparando una intervención que resultara definitiva.