Bilbao
A diferencia de la Columbus, que ocupó con anterioridad el emplazamiento y apostó por la música electrónica, la Mao Mao Beach apostó desde un principio -abrió sus puertas en septiembre de 2005- por un ambiente desenfadado, con canciones de los ochenta y reggaeton para captar a una clientela joven y sin ínfulas modernas. El local, promovido por un exconcursante de Gran Hermano, se ha llenado todo los fines de semana de jóvenes con ganas de diversión. Pero, independientemente de los expedientes sancionadores, el mayor problema se genera fuera. Son muchos los jóvenes que abren las puertas de sus coches y ponen la música a tope para mover el cuerpo al ritmo de reggaeton y así sumarse al ambiente que hace vibrar las paredes de la vieja fábrica. El alcohol no falta cada fin de semana en las inmediaciones de este local nocturno. A pesar de que la ordenanza municipal de Bilbao prohibe consumir alcohol en la calle en grupo -siempre que las bebidas no se hayan adquirido en el establecimiento próximo, como era el caso-, miles de jóvenes se reúne en la calle Olagorta y Pintor Zuluaga para pasar la noche.
Las multas oscilan entre los 700 y los 3.000 euros. Los agentes llegaron a multar en un domingo a treinta menores por consumir alcohol en la calle; otros tantos han llegado ser sorprendidos con drogas.
Los jóvenes comienzan a llegar a las inmediaciones de la discoteca Mao Mao alrededor de las 22.00 horas, dos horas antes de la apertura de la discoteca. Algunos lo hacen en taxi, otros a pie, cargados con bolsas de plástico donde llevan las botellas con las que harán las mezclas. Las horas corren y el alcohol también. En apenas dos horas, todos los fines de semana, las inmediaciones de esta discoteca se llenan de gente joven, bien perfumada y con ropa ajustada. Aparcan los coches en fila, abren las puertas de los vehículos y elevan la música para hacerse los reyes del botellón. Gritos, risas y baile, mucho baile. Pero la fiesta no termina cuando la música y el alcohol se acaba. Los problemas se registran cuando algunos jóvenes regresan a sus casas y en el camino, deciden poner fin a su particular noche de fiesta rompiendo todo lo que encuentran en el camino.