¿Por qué esta calle se llama así?
Los nombres de Bilbao no fueron asignadas por casualidad. Detrás de las placas se esconden grandes personajes históricos que han hecho más próspero Bizkaia
Ahora que se cumplen 75 años del primer Gobierno vasco, encabezado por José Antonio de Aguirre, los bilbainos empezaron a asociar la avenida con el personaje que le da nombre. Gracias a esta conmemoración, también se socializará la figura del lehendakari Leizaola, que tiene una avenida, o de Indalecio Prieto, que da nombre a la antigua Estación del Norte o Estación de Abando. Y es que los nombres con los que se bautizan las calles de Bilbao no están asignados por casualidad. Hay muchos que son conocidos como el jugador del Athletic Rafael Moreno Pichichi, donde está situada la tribuna principal de San Mamés, o la avenida Sabino Arana, que da entrada y salida a miles de vehículos cada día, y que está dedicada al fundador del nacionalismo vasco y del PNV.
Sin embargo, hay muchas otras calles cuyo nombre también recuerda a personas que hicieron algo por Bilbao o por Bizkaia, pero cuyos méritos no son conocidos para la mayoría de la ciudadanía. De hecho, se trata de calles muy transitadas por los bilbainos que repiten sus nombres sin pararse a pensar quién fue aquella persona que da nombre a la vía.
Así, pocos saben que Rafael Rodríguez Arias (1820-1892) fue un almirante y senador gaditano que consiguió que se encargase a los astilleros de la ría la construcción de tres cruceros para la armada española, lo que supuso un renacimiento de este sector en la villa. Por eso, le dieron un espacio en Bilbao.
Paralela a esta calle, se encuentra Licenciado Poza. Esta vía, que se llena todos los fines de semana de aficionados del Athletic, fue dedicada a Andrés de Poza (1547-1595). Este hombre de leyes, oriundo de Orduña, ejerció en Bilbao como consejero de la villa después de haber estudiado en Salamanca y Lovaina (Bélgica). Poza fue también abogado del Señorío de Bizkaia y profesor de Cosmografía. Además, fue autor de varios libros como De la antigua lengua de… Cantabria (1587).
No muy lejos de Licenciado Poza se encuentra la calle María Díaz de Haro (1270-1342), una mujer que desempeñó un papel muy importante para Bilbao. Díaz de Haro era sobrina del fundador de Bilbao, Don Diego López de Haro (1250-1310), a quien se apodó El Intruso. Este sobrenombre nació a raíz de que Don Diego antepusiera sus derechos a los de María a la hora de fundar Bilbao en 1300. A pesar de este incidente, fue María Díaz de Haro quien confirmó la fundación de la villa en 1310, año en el que Don Diego falleció. De hecho, este no es el único lazo que une a Díaz de Haro con Bilbao, ya que también fue la undécima señora de Bizkaia. De la misma manera que ayudó a fundar Bilbao, Díaz de Haro fundó las villas de Portugalete (1322), Lekeitio (1325) y Ondarroa (1327).
uN CARPINTERO BILBAINO
La plaza bombero Echaniz, dedicada a Antonio Echaniz
En el mismo Indautxu también se sitúa la plaza Bombero Echaniz, donde está el hotel Indautxu. Este trozo de la villa está dedicado al carpintero bilbaino, Antonio Echaniz (1815-1867). Este bilbaino entró en el Cuerpo de Bomberos en 1856, cuando se estaba reorganizando y llegó a ser el jefe. De Echaniz se recuerda que murió "de forma heroica" cuando intentaba sofocar un incendio en la casa de la calle del Correo donde tenían su imprenta y librería la viuda De Delmás y su hijo. Pero estas no fueron sus únicas aportaciones a Bilbao, ya que también fue el diseñador y constructor del primer Gargantúa. De hecho, Miguel de Unamuno se lamentó en un artículo titulado Los Gigantes de "no haber podido ser tragado y depuesto por aquel gigantón", diseñado por Echániz en honor al personaje de Rabelais.
Un poco lejos de la plaza Bombero Echaniz, se encuentra la calle Colón de Larreategui. Esta estrada, paralela a la Gran Vía, debe su nombre a Joseph Joaquín Colón de Larreategui (1746-1822), que fue corregidor del Señorío de Bizkaia. Aun así, existen varias dudas sobre su lugar de nacimiento, ya que Urbano Asarta lo sitúa en Bilbao y Manuel Basas en Barcelona. Existe el mismo problema con las fechas en las que fue corregidor, porque Asarta lo ubica entre 1787 y 1790 y Basas, entre 1782 y 1786. De lo que no hay duda es de que era descendiente de Cristobal Colón, así como de sus méritos. Colón de Larreategui llevó a cabo importantes obras sociales e incorporó el valle de Orozko a Bizkaia.
Cerca de Colón de Larreategui, se sitúa Alameda Mazarredo. El nombre de esta vía, hoy lugar de reunión de jóvenes las noches de viernes y sábados, proviene de José Domingo de Mazarredo y Salazar (1745-1812). Este bilbaino fue un marino que tuvo una excelsa carrera naval militar y fue nombrado capitán general en 1798. También realizó aportaciones a la náutica y a la técnica instrumental. Su fama como navegante proviene de sus métodos para calcular la longitud en la mar. Así, Mazarredo empleaba el método de las distancias lunares para determinar las longitudes, que utilizó por primera vez en 1771. Gracias a este procedimiento, Mazarredo determinó en 1774 la posición de la isla de Trinidad, en los mares de Brasil, y en 1778, varios puntos de las costas africanas y españolas que sirvieron a Vicente Tofiño para preparar las cartas de su Atlas Marítimo.
Colindante con Alameda Mazarredo, se sitúa la calle Henao, que debe su nombre a un jesuita vallisoletano de nombre Gabriel (1611- 1704). Este religioso pucelano llegó en su juventud al recién fundado colegio San Andrés de Bilbao. Desde aquel tiempo, vivió entre sus clases de Teología en Salamanca y el estudio de los antecedentes vascos de San Ignacio de Loyola. De hecho, fue Henao quien descubrió que la madre de San Ignacio era de Ondarroa, por lo que en 1680 el azpeitiarra fue declarado patrón de Bizkaia.
También por la zona de Abando, está la calle Heros. Este rincón de Bilbao está dedicado a Martín de los Heros (1783- 1859) que fue un político y escritor de Balmaseda. De ideología liberal, su actividad política le creó problemas durante los gobiernos absolutistas de la primera mitad del siglo XIX. Aun así, en 1836 se convirtió en ministro de la Gobernación. En 1840, fue nombrado director de la Biblioteca Nacional en Madrid e intendente de la Casa Real. Tres años después, dejó todo para volver a Balmaseda. Sin embargo, en 1853, volvió a ser intendente hasta 1856, cuando dimitió. Posteriormente fue consejero de Estado hasta su muerte en 1859. Entre sus escritos destaca una Historia de Balmaseda, que fue editada después de su muerte.
No muy lejos, está la larga calle Hurtado de Amezaga, cuyo nombre se debe a la muerte del Marqués de Riscal. Don Camilo Hurtado de Amezaga y Balmaseda (1823-1888) fue un escritor y empresario vizcaino que formó parte del linaje de los Hurtado de Amezaga, familia oriunda de las Encartaciones, a la que el Ayuntamiento de Bilbao quiso homenajear.
Camilo de Amezaga era el dueño de la Administración de Elciego, que fue el germen de la conocida Vinos y herederos del Marqués de Riscal. Además, colaboró con la Diputación de Araba a la hora de intentar regular de manera oficial la creación de vinos en el Estado. Hurtado de Amezaga vio que la exportación de vino era clave del negocio bodeguero, para lo que creó una red exportadora.
IBáÑEZ DE BILBAO
Personaje del siglo XV que fue alcalde y regidor de la villa
En la misma zona, se encuentra también la calle Ibáñez de Bilbao. Esta calle recibe el nombre por Martín Ibáñez de Bilbao, que fue un personaje del siglo XV que fue alcalde y regidor de Bilbao, así como fiel de los mercaderes en el concejo de la misma. En 1483 participó en la redacción de las Ordenanzas generales de Bilbao. Era el señor de su linaje y estaba emparentado con las de Güeñes y Arbolantxa, cuya plaza no se sitúa lejos de Ibáñez de Bilbao y que está situada donde se construyó su casa solariega.
Martín Ibáñez de Bilbao no es el único alcalde de la villa que tiene su txoko. También está Ernesto Ercoreca (1866- 1957) que da nombre una plaza al lado del Ayuntamiento. Delineante de profesión, Ercoreca fue concejal republicano en el Consistorio bilbaino y fue nombrado alcalde en 1934. Por su ideología política sufrió persecuciones. En 1934, a raíz de su oposición a la abolición por parte de la derecha española del impuesto que había sobre el vino en Euskadi, le fue prohibido desarrollar su cargo. Durante la Guerra Civil española fue apresado en Francia y entregado a los franquistas que lo condenaron a muerte, aunque fue canjeado por Esteban Bilbao. De todos modos, vivió vigilado por la policía y se le prohibió volver a Bilbao hasta el ocaso de su vida. Murió arrollado por un trolebús.
Dos vizcainos fundadores
Las ciudades de Montevideo y Buenos Aires
Bilbao honra también en sus vías a vizcainos que fundaron otras ciudades. Así, está la calle Zabala o la Avenida Juan de Garay. La primera está dedicada a Bruno Mauricio de Zabala (1682-1736). Este durangués fundó Montevideo entre 1725 y 1730. De carrera militar, luchó en Flandes y en la Guerra de Sucesión española, lo que le valió para ser nombrado, en 1717, capitán general de Buenos Aires.
Juan de Garay (1528- 1583) fue un explorador y colonizador nacido en Orduña. Con 15 años partió con su tío Pedro Ortiz de Zarate a Perú. En 1561 contribuyó a la fundación de Santa Cruz de la Sierra (Bolivia), donde pasó siete años como alcalde. En 1783 también fundó la ciudad argentina de Santa Fe de la Veracruz.
Aun así, su fundación más conocida fue la de Buenos Aires en 1583, cuando era gobernador de las provincias del Río de Plata.
Son nombres y son historias que humanizan las calles de Bilbao con sus hijos de nacimiento o de adopción; en definitiva, grandes personajes históricos que han hecho más próspero Bizkaia. Y es que, detrás de cada calle de Bilbao hay una pequeña gran historia que espera ser contada.
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