Recapacita y ponte en su piel
Una muestra permite a los bilbainos enfrentarse a las barreras que se topan los discapacitados a diario
CERRAR los ojos e intentar caminar en la oscuridad con la única ayuda de un bastón es un complejo ejercicio que puede ayudar a comprender la realidad de los invidentes. No es tarea fácil, pero sí es necesario ponerse por un solo instante en la piel de las personas que padecen alguna discapacidad, bien sea auditiva, física, visual o intelectual. Un ejercicio que ayuda a entender los obstáculos que albergan los pueblos y ciudades para quienes no cuentan con todos los sentidos o las herramientas físicas para defenderse.
La Fundación Repsol, con la colaboración de Petronor, ha presentado la iniciativa Recapacita en Bilbao. Un proyecto que tiene como objetivo sensibilizar a la población sobre las dificultades y barreras que se encuentran las personas con discapacidades. Mediante diferentes actividades, los asistentes pueden ponerse en su lugar. Ayer por la mañana fueron los más pequeños los que tuvieron la oportunidad de sentarse en una silla de ruedas para comprobar que no es nada fácil caminar sobre dos ruedas por las calles de pueblos y ciudades. Entre los ejercicios, los escolares aprendieron el lenguaje de los signos y cerraron los ojos para dejarse llevar por el tacto y el olfato. "¡Qué difícil es! Pero me gustaría aprender bien el lenguaje de los signos para poder hablar con los sordos", aseguraba Julen, de diez años, de Bilbao.
El circuito de los sentidos podrá visitarse en la plaza del Arriaga hasta el domingo 6 de noviembre; jueves y viernes de 9.00 a 14.00 horas y de 16.00 a 19.30. Sábados y domingos, de 10.00 a 14.30 y de 16.00 a 20.00 horas. Esta experiencia no solo es para los más pequeños. Es una actividad abierta a todos los públicos. Los mayores también pueden dedicar un poco de su tiempo para recapacitar, acercándose por la carpa de El Arenal.
DEIA ha querido hacer este ejercicio sentándose en una silla de ruedas para realizar el recorrido. Subir un pequeño peldaño o superar el desnivel de una acera se convierte en una tarea complicada y requiere más de maña que de fuerza para poder sortear el obstáculo. "No intentes subir del tirón. No podrás. Pon la espalda recta y coge impulso", aconsejaba una de las monitoras del proyecto al comprobar las dificultadas de maniobra. Costó. Y después de varios empujones superamos el escalón. "No es tan fácil. Imagínate los problemas con los que se encuentran las personas con movilidad reducida cuando van por la ciudad", indicaba Adrián Tapia, coordinador de la carpa del Arriaga.
También hizo el mismo ejercicio Ibon Areso, teniente de alcalde de Bilbao. Se sentó en una de la sillas de ruedas y realizó el recorrido que han colocado en la carpa de El Arenal. "Esto es muy complicado. Es fundamental que hagamos todo lo posible para adaptar calles, aceras... para las personas que tiene que moverse en silla. Instalar sistemas para que los sordos puedan valerse de la vista para diferenciarlos, para que las personas invidentes puedan ver de otra manera, sin problemas. En Bilbao estamos en ello. Este tipo de iniciativas son muy importantes porque ayudan a acercar estas dificultadas al resto de las personas", apuntó Areso.
El circuito se divide en tres áreas temáticas según el tipo de discapacidad: física, visual y auditiva, con actividades específicas para cada una de ellas. Al finalizar el recorrido, una pizarra en blanco recoge los comentarios de quien ha participado en el circuito de los sentidos. Entre las reflexiones destacamos una: "He aprendido mucho de la vida de las personas que sufren alguna discapacidad. Ellos son igual que nosotros y se lo tenemos que poner más fácil".
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