Bilbao. La Diputación Foral de Bizkaia y Bilbao Ría 2000 han iniciado la colocación de los soportes o costillas que aguantarán la cubierta transparente antirruidos protagonista el tramo más cercano a la ciudad. La colocación de estos soportes se inició hace diez días en los 450 metros de autovía que está construyendo la sociedad vasco estatal entre la carretera que conecta con Zorro-tza y la plaza Torres Quevedo. Esta semana, el departamento de Obras Públicas y Transportes, encargado de la construcción del resto de los accesos, también ha iniciado la colocación de estos apoyos curvos sobre el puente que salva la bajada de la carretera de Olabeaga.

Petición vecinal La construcción de este semitúnel evitará que el ruido del tráfico se propague por el colindante barrio de Olabeaga. De hecho, su colocación es una de las exigencias de los vecinos cuyas viviendas se ubican al lado la desembocadura de los nuevos accesos.

La definición de semitúnel se debe a que la cubierta no estará cerrada en su totalidad (habrá una sección de 7,35 metros de ancho sin completar) con lo que se consiguen dos objetivos. El primero, evitar la calificación de túnel y todas las reglamentaciones de seguridad que implica la construcción de una galería cerrada por donde circulan vehículos. El segundo, que los conductores que transiten por este vial eviten la sensación de agobio.

En concreto, la estructura estará compuesta por una parte baja metálica y opaca capaz de absorber la contaminación acústica. Por encima de este zócalo, que sumará 1.500 m2 de superficie y será de color rojo carruaje, se apoyará una pantalla de metacrilato transparente que se curvará por encima de los soportes que se colocan estos días. Una superficie, también antirrudio, que sumará 7.300 m2 pero que tendrá en su parte cenital una abertura que se prolongará a lo largo de casi todo el trazado. En concreto, de los 450 metros de vial responsabilidad de Ría 2000, un total de 330 estarán cubiertos con esta estructura.

La gran estructura estará apoyada en 80 arcos o costillas. La peculiar curva que hace el trazado de la autovía supondrá que la mayoría de los listones superiores que aguantarán la estructura no estén apoyados en uno de sus lados sobre arcos anclados en la superficie. La mayoría se sostendrán sobre el muro pantalla que separa la nueva carretera del edificio de EiTB y la Hacienda Foral. La altura de cada apoyo superará los ocho metros una distancia suficiente para que los conductores conduzcan con tranquilidad. Esta sensación de libertad se ampliará al ver la abertura cenital de ancho que discurre a lo largo del itinerario.