Bermeo. SON las 20.00 horas del sábado. Medio centenar de peregrinos se reúnen en la plaza Taraska para iniciar por octavo año consecutivo una marcha campo y monte a través que tendrá como destino Begoña. "Esto surgió en el año 2003 como una actividad de montaña más", comenta Sabin Bilbao del grupo de montaña Sollube 707.
En esta ruta se dan cita personas con todo tipo de motivaciones: religiosas, aventureras o aficionados a la montaña. "Aquí hay cabida para todos, religiosos, no religiosos, cada uno hace la ruta por sus diferentes motivaciones". Se ponen en marcha, está todo atado y bien atado. Desde Bermeo cogen rumbo hasta Sollube, donde tras coronar toman dirección hacia Meñakabarrena.
"Tenemos el camino muy bien marcado, como es de noche, hemos puesto luces fluorescentes en el camino para evitar que nadie se pierda", apunta Bilbao. Siguiendo el resplandor de las fluorescentes y con el apoyo de sus linternas, los peregrinos atraviesan Mungia para llegar a Gamiz, donde hacen su primera y gran parada en la travesía, sobre las 0.30 horas.
Allí se reagrupan los caminantes y reponen fuerzas con chocolate y bizcochos. Tras un breve descanso, Gaztelumendi es el siguiente punto del itinerario. "La temperatura es ideal, hace fresquito para andar y además no nos estamos encontrando lluvia por el camino", se felicita Bilbao. Las condiciones climatológicas pueden marcar el recorrido.
"Hace dos años nos cayó una tormenta terrible y la peregrinación se hizo muy dura", comenta Bilbao. Gaztelumendi queda atrás y se convierte en otra muesca en el haber de los montañeros. Alguno empieza a flaquear, Zamudio está cerca, pero Begoña está demasiado lejos para dos de los caminantes. Mientras sus compañeros de fatigas descansan, ellos se suben al coche de apoyo y cogen dirección Bermeo. Para ellos se acabó la ruta.
El resto continúa su aventura por el monte Avril, allí hacen su última parada antes de llegar a Begoña. Queda el tramo más suave, la ruta empieza a picar hacia abajo y caminar se hace más fácil. Se empieza a ver la basílica a lo lejos, el objetivo está cada vez más cerca. Finalmente, sobre las 4.30 horas, los peregrinos llegan al templo.
Justo a la hora que tenían prevista. Tras tomarse un descanso, unos van a la ceremonia de las 5.00 horas, mientras otros reponen fuerzas con un buen talo con chorizo y se refrescan con txakoli. A las 6.15 horas llega el autobús que devuelve hasta Bermeo a este grupo de peregrinos. Han cumplido su objetivo y además sin lesiones, que es lo más importante en estos casos.
"Seguiremos organizando esta marcha hasta que no haya fuerzas para hacerla", señala Bilbao.Ahora toca descansar y recuperarse del esfuerzo. Aunque muchos tienen la experiencia y la resistencia suficiente como para reponer fuerzas rápidamente. El próximo año volverán, deseando que el tiempo les respete como ha hecho este año.