Bilbao. Miembros de la comparsa Txomin Barullo han alzado la voz para mostrar su "disconformidad" con la postura adoptada por Bilboko Konpartsak las últimas semanas, al mismo tiempo que se desmarcan de la línea de confrontación que tiene la coordinadora de comparsas con el Ayuntamiento de Bilbao. En un artículo de opinión que publica hoy DEIA en la página 2, los firmantes aclaran cuáles deben de ser las funciones a desempeñar por cada una de las partes implicadas en Aste Nagusia. Destacan que al Consistorio bilbaino le compete costear y gestionar el presupuesto de las fiestas, mientras que a las comparsas "todas juntas y sin fisuras" deben de conseguir una auténtica fiesta popular. "Hay un amplio programa de actos con un elevado prepuesto que el Ayuntamiento -¿quién si no?- debe de gestionar y regular con profesionalidad y buen tino político. Cada uno en su sitio: ni las comparsas legislan, ni los concejales tienen que ser necesariamente divertidos", defienden.

De este modo, los comparseros de Txomin Barullo no entienden la necesidad de estar en una "constante pelea con el Ayuntamiento, o con sectores que no ven con buenos ojos el recinto festivo de txosnas. Muchas veces parece que sí estamos en ese pulso constante, como si por una parte estuviera el Ayuntamiento como un órgano represor que nos quiere ignorar". En relación a esta cuestión, los firmantes del artículo reconocen que no todas las personas que forman las comparsas tienen la autopercepción de que "somos los sufridores de una imposición, de que somos los únicos defensores de la libertad de expresión", afirman. En este sentido, en opinión de los comparseros, Bilboko Konpartsak no puede ser quien gestione el espacio propio de cada comparsa, ya que cada una de ellas es "diferente y debe gestionar, internamente, con libertad su propia diversidad".

Por esta razón, los comparseros de Txomin Barullo critican el interés de Bilboko Konpartsak por "uniformizar" la respuesta de las comparsas como si "fuésemos víctimas de una injusticia y como si todas pensásemos de manera idéntica. Ofrece una falsa imagen de la realidad, oculta la diversidad, merma la riqueza y representatividad social de nuestros colectivos y opinión". Los firmantes abogan por unas fiestas al margen de la política, sin confrontaciones y hechas entre todos. "Aste Nagusia no es patrimonio de nadie y, aunque desaparezcan actores, éstos serán reemplazados por otros, de otra manera, de otra forma, para que la fiesta continúe".