Jaume Ponsarnau es más optimista que la semana pasada cuando el Surne Bilbao Basket estrenó la temporada en Málaga ya que estos días de entrenamiento han servido para que el equipo “esté más trabajado y con más confianza como colectivo. Contra el Unicaja sentimos que íbamos desnudos en muchas cosas, aunque así salió mejor de lo esperado”. Con los entrenamientos acumulados “en una semana productiva, el equipo va claramente mejorando”, añadió el técnico de Tàrrega, que volvió a hablar de “talento y polivalencia” como dos virtudes sobre las que el Bilbao Basket puede construir una buena temporada “y estar a la altura”.
En este sentido, Ponsarnau aceptó que sus jugadores hayan hablado de jugar la Copa o el play-off, “pero ese deseo, el querer no es suficiente. Debe servir para tener claro lo que hay que hacer en cada entrenamiento para conseguirlo, para ganar el siguiente partido, para encontrar la manera de ayudar al equipo, aunque las cosas no salgan. La ambición es buena, pero es más importante hacer lo que tenemos que hacer, empezando por este domingo”. De momento, no hay queja porque “el compromiso es máximo por parte de todos”.
“Nuestro objetivo es ser más competitivos fuera de casa, pero sin dejar de serlo en Miribilla”, recordó Ponsarnau, que quiere “conectar de nuevo con nuestra gente y ahora ya es una prueba real”. Porque los hombres de negro regresan al Bilbao Arena, justo cuando se cumplen quince años del primer partido en Miribilla, en un partido en el que se espera la presencia de cerca de un millar de seguidores del San Pablo Burgos. “Pero estoy convencido de que nuestro afición querrá ganar también esa competición y nos ayudará al máximo”, apuntó Ponsarnau antes de una cita que es más complicada de lo que parece al llegar un recién ascendido. El conjunto burgalés tiene argumentos para manejarse en su vuelta a la Liga Endesa, una continuidad respecto a la pasada temporada “y nombres como para ir creciendo en la competición” y, además, tiene la inercia del claro triunfo en la primera jornada ante el Girona.
Melón por abrir
El duelo de mañana será el primero de siete jugadores del Surne Bilbao Basket ante su nueva afición, aunque Jaume Ponsarnau espera que esto no merme el rendimiento de sus jugadores ni les cree una presión añadida, “aunque seguimos siendo un melón por abrir”. En el primer partido, alguno como Jaworski ya pagó el peaje en forma de faltas y menos minutos de juego para una de las referencias ofensivas del equipo bilbaino. “Todos los anotadores que he dirigido han sido un poco ansiosos, va con ellos. En Málaga no tuvo un buen día, pero Justin es un jugador que va a tener un impacto muy positivo porque habrá un momento en que le saldrán las cosas y de nosotros depende saber leerlo, y de él adaptarse. Queremos un Jaworski superagresivo y que si falla cuatro, quiera tirarse la quinta. Y si falla, que la culpa sea del entrenador por dejarle fallar cinco”, comentó Ponsarnau.