El Bilbao Basket, con la misión de repartir los minutos y evitar percances, suma una derrota inevitable
El Unicaja apretó al inicio para abrir hueco y luego controló sin problemas su ventaja en el marcador
El Bilbao Basket ya puede pensar en el partido de vuelta de la final de la FIBA Europe Cup. El partido que jugará el miércoles en Salónica, la ciudad que vigila de lejos el Monte Olimpo, será otra historia para hacer historia, pero lo ocurrido ayer en Málaga puede servir a los hombres de negro para entender lo que les puede esperar ante el PAOK y su más que entregada y ruidosa afición. El equipo griego jugará tan o más agresivo en defensa que el Unicaja, apoyado en el factor cancha, y tratará de aprovechar a la carrera los errores del Bilbao Basket, como hicieron ayer los jugadores de Ibon Navarro.
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El Bilbao Basket debe saber que el PAOK jugará tan o más agresivo que el Unicaja y tratará de aprovechar a la carrera sus errores
Pese a que las derrotas se acumulen en el objetivo de escalar posiciones en la clasificación de la Liga Endesa y la última victoria fuera de casa fuera la del último encuentro de 2024 en A Coruña, era difícil pedir mucho más al conjunto vizcaino en un duelo que afrontó con tres bajas y con un cuidado extremo de los minutos del resto de la plantilla para evitar más percances. El Bilbao Basket metió la primera canasta del partido y esa fue su única ventaja porque todas las circunstancias que rodeaban al choque llevaron a una falta de intensidad y dureza en el primer cuarto, con solo una falta cometida, que concedió al Unicaja demasiados puntos dentro de la zona y con ello una ventaja insalvable, sobre todo si se juega en tercera marcha. Los malagueños pusieron la quinta o la sexta marcha cuando se vieron algo apurados y marcaron diferencias desde el físico.
El Bilbao Basket no puede con el físico del Unicaja antes de la gran final de Salónica
Ocurrió, sobre todo, en el tercer cuarto cuando el Bilbao Basket dejó sus mejores minutos en defensa y se colocó a cinco puntos tras unos buenos minutos de Amar Sylla y un apreciable parcial de 3-14. Entonces, el Unicaja volvió a utilizar entonces manos y cuerpo, los árbitros decidieron proteger el cilindro defensivo antes que el ofensivo y los costasoleños se escaparon de forma definitiva porque Thijs De Ridder no puso sostener en solitario su desafío anotador con Killian Tillie y con todo el Unicaja, un equipo con mil rercursos. Al menos, el Bilbao Basket se llevó un resultado digno, una derrota posible en cualquier otro momento ya que no gana en Málaga desde 2010.
Iker Chacón dispuso de casi seis minutos de juego, lo que deja bien claro que la cabeza de todos estaba en otro sitio
Algunos jugadores como Abdur-Rahkman y Zoran Dragic jugaron casi por imperativo legal. Kristian Kullamae, que debería ser el descartado en Salónica si se recupera de su esguince Malcolm Cazalon, fue el más utilizado ayer y no salió bien parado en su aportación estadística en un momento en que le gustaría reivindicarse. Incluso Iker Chacón dispuso de casi seis minutos de juego, lo que deja bien claro que la cabeza de todos estaba en otro sitio.
Aprendizaje
Con lo visto ayer, el Bilbao Basket sabe que tiene que ser más duro ante las defensas agresivas que le niegan la continuación del bloqueo directo, que tiene que decidir rápido y con determinación, pasar el balón más que botarlo y que tiene que ser más contundente en algunas situaciones defensivas para no conceder puntos sencillos. De ello y de encontrar el acierto en las muchas situaciones liberadas que aparecerán dependerá la suerte de la final. El Bilbao Basket va a jugar en territorio hostil y, entonces, no valdrán medias tintas ni controlar los esfuerzos.