Las lesiones vuelven a cruzarse en el camino del Bilbao Basket en un momento de la temporada en la que el calendario aprieta de nuevo. Después de salvar con tres victorias consecutivas en la Liga Endesa las ausencias coincidentes de Xavi Rabaseda y Kristian Kullamae, ahora que el capitán está de vuelta Jaume Ponsarnau puede quedarse, al menos para el partido de mañana ante el Unicaja, sin Tomasz Gielo y Harald Frey por sendos esguinces en el tobillo izquierdo. Los partes médicos que emitió ayer el club no aclaran los respectivos tiempos de baja, pero como siempre en estos casos dependerán de la respuesta de los jugadores a los tratamientos de recuperación y a sus propias sensaciones.

El ala-pívot polaco ya no pudo jugar ante el Le Portal y el noruego se hizo daño cuando quedaban apenas dos minutos para el final. Es lógico pensar que ambos no podrán jugar ante los malagueños en un duelo que va a exigir de la mejor disposición física de los hombres de negro ya que el Unicaja llega después de una semana libre de partidos y decidido a poner un altísimo ritmo al partido. Las bajas de Frey y Gielo podrían compensarse con el regreso de Kullamae, aunque no sea al 100% de sus condiciones. El estonio, en todo caso, piensa en el choque europeo ante el Sassari para una posible reaparición.

Este ante el colíder de la Liga Endesa será el primer choque de los ocho que tendrá el Bilbao Basket hasta el 8 de febrero. Después, la competición parará durante tres semanas por el parón de la Copa y las ventanas FIBA para no volver hasta el 2 de marzo. El conjunto vizcaíno va a necesitar a todos sus jugadores para soportar esta sucesión de partidos, varios de ellos muy importantes para su futuro en la FIBA Europe Cup, en la que con un triunfo más habrá asegurado su pase a los cuartos de final, y la ACB, donde tiene un colchón de dos victorias sobre los puestos de descenso que le da tranquilidad, pero a la vez no le concede demasiado margen para encadenar derrotas.

Esperando a silverio

Estos contratiempos podrían sobrellevarse mejor con esa decimotercera pieza de la plantilla que debe ser Omar Silverio. Hace tres semanas ya que el club cerró el fichaje del dominicano, pero la burocracia aún no le ha permitido llegar a Bilbao, donde se le esperaba esta semana. Cuando llegue, el jugador nacido en el Bronx tendrá que pasar un periodo de adaptación antes de comprobar su verdadero nivel en un contexto tan exigente como la Liga Endesa y encajar en el rol que le asigne Ponsarnau dentro de un equipo que sigue necesitando de más amenaza y regularidad en el tiro de larga distancia, un aspecto clave del juego en el que, precisamente, Frey y Gielo son dos de los tres jugadores con mejor porcentaje del equipo. A Silverio tampoco le conviene demorarse demasiado en su llegada ya que el tiempo corre en su contra y los resultados pueden hacer que su concurso ya no sea tan urgente.