Guillem Ferrando espera que esta vez sea la definitiva. Después de debutar en la Liga Endesa con el Valencia Basket unos pocos días antes de cumplir 19 años, el base valenciano no terminó de consolidarse como taronja, pese a que tuvo tiempo de convertirse en el jugador que más asistencias (13) ha repartido en un partido de competición europea con esa camiseta, y tras varias cesiones productivas en el Melilla, el Albacete y el Estudiantes que asumió como parte del proceso de acumular minutos en la categoría senior, este verano rompió su contrato con el Valencia, al que había llegado en edad infantil. Enseguida, firmó con el Girona en busca de encontrar un hueco definitivo en la élite y un equipo en el que poder tener continuidad y confirmar sus buenas cualidades.
La apuesta joven en su puesto en Valencia era ahora Sergio de Larrea y Ferrando fue, por tanto, reclamado por Fernando San Emeterio, excompañero en la Fonteta y que ahora ejerce como director deportivo del club catalán. En principio, el rol del jugador de Benifairó de la Valldigna era dar relevos a Juani Marcos y a los otros exteriores del equipo, pero las lesiones le abrieron una puerta al protagonismo y ha dejado ya algunas buenas actuaciones. Por ejemplo, en la única victoria del Girona ante el Manresa repartió diez asistencias y en la derrota ante el Real Madrid anotó diecisiete puntos, con cinco triples en siete intentos.
Ferrando siempre se ha definido como un base de los de antes, de los que prefiere repartir juego antes que anotar, pero tiene virtudes que le convierten también en un base de los de ahora ya que es un buen generador y cuenta con amenaza en el tiro. Quizás su mayor margen de mejora está en el aspecto físico, pero en estos primeros seis partidos con el Girona está promediando casi 18 minutos de juego para 8,8 puntos y 3,4 asistencias. Es el mejor pasador de un equipo al que le está costando compartir el balón y el mejor socio que pueden encontrar jugadores muy atléticos como los que le rodean para poner el balón por encima del aro.
En su etapa formativa, Guillem Ferrando también fue un jugador destacado y medallista con la selección española, pero como otros también ha cargado con ciertos prejuicios y lugares comunes a la hora de dar el salto a la élite. En todo caso, el valenciano forma parte del grupo de jóvenes directores de juego que, por su propio talento y por la necesidad de un relevo generacional, se van abriendo paso esta temporada en la Liga Endesa: Carlos Alocén, Rafa Villar, Sergio de Larrea, Mario Saint-Supery…
Todos ellos pueden devolver al baloncesto español una profundidad en el puesto de base que, con la progresiva retirada de los emblemas de las dos décadas anteriores, se ha echado en falta en los últimos campeonatos y que llevó a tener que nacionalizar a Lorenzo Brown. Las próximas ventanas de selecciones pueden exponer a varios de ellos y el nombre de Ferrando no hay que descartarlo si termina de convencer a Fotis Katsikaris y tiene minutos con continuidad en este dubitativo Girona.