El Surne Bilbao Basket colecciona victorias inapelables en esta FIBA Europe Cup. Arrancó con un +40 en su estreno en casa ante el Balkan, a continuación enlazó tres salidas ante Kutaisi, Prievidza y los búlgaros luciendo unos contundentes +31, +23 y +31, respectivamente, y este miércoles cumplió en La Casilla con el nuevo trámite ante los georgianos (91-63), una victoria que le catapulta ya a la próxima fase continental. Lo hará como primer clasificado del Grupo J si la próxima semana, de nuevo como anfitrión, gana o pierde por menos de 23 puntos su duelo frente a los eslovacos, un escenario más que factible que colocaría ya a contrincantes de rango muy superior como Cholet o Banco di Sardegna Sassari en su camino dentro de la siguiente fase de grupos.

Una vez más, el encuentro dependió exclusivamente del nivel de intensidad y seriedad que aplicó el equipo de Jaume Ponsarnau sobre la cancha. Cuando jugó a un quinto de sus posibilidades, es decir, en el primer cuarto, el Kutaisi fue capaz de aguantarle la mirada; cuando se desperezó, en el segundo, puso claramente el choque a su favor, y cuando tras el descanso decidió que había llegado el momento de la sentencia el rival fue un muñeco de trapo en sus manos, absolutamente entregado ante el parcial de 20-0 encajado entre los minutos previos al descanso y el arranque del tercer cuarto.

De nuevo Domínguez

En otro paseo militar de nulo interés desde el punto de vista competitivo, el aliciente residió en el brillo individual de jugadores como Rubén Domínguez, que volvió a aprovechar el compromiso continental para lucir talento ofensivo y fue de nuevo el máximo anotador de los ‘hombres de negro’ con 15 puntos en veinte minutos de acción. Junto a el brillaron un multidisciplinar Melwin Pantzar (12 puntos, siete asistencias, seis rebotes y 21 créditos de valoración) y Marvin Jones y Tryggvi Hlinason, que regalaron un buen surtido de mates a los aficionados.

Arranque ramplón

En un ecosistema con tanta diferencia de calidad y recursos entre ambos contendientes, el Surne Bilbao Basket se lo tomó con mucha calma en el arranque de la contienda, concediendo al rival la posibilidad de llevar la iniciativa en el luminoso. El 0-6 de arranque fue respondido por un contundente 9-0 en un abrir y cerrar de ojos, pero el conjunto anfitrión no acababa de entrar en temperatura competitiva. Con el punto de mira mal calibrado en ataque (3 de 10 en tiros de dos puntos y 2 de 10 en triples en el primer cuarto) y sin acabar de armar su retaguardia, el Kutaisi vivió la ensoñación de sentirse competitivo, hasta el punto de cerrar en ventaja los diez primeros minutos (16-18).

Los de Ponsarnau tampoco estaban dispuestos a conceder demasiado terreno a su rival. Comenzaron a sumar puntos sencillos de la mano de Hlinason, Xavi Rabaseda y Jones, pero entre su relajación defensiva, con George Korsantia sacando provecho en las distancias cortas, y sus problemas en el lanzamiento de larga distancia el Kutaisi encontró la posibilidad de seguir enganchado a la contienda. Hasta que los ‘hombres de negro’ quisieron, obviamente. En el momento que los anfitriones adelantaron líneas defensivas, pudieron jugar con velocidad en ataque y Domínguez surgió para anotar dos triples seguidos, el marcador saltó por los aires con un parcial de 12-0: del 26-28 al 38-28 con el que el choque llegó a su ecuador.

Sin historia

A esas alturas de película, tanto el 16-0 en lo referente a los puntos tras pérdida (16 llevaban ya los visitantes) como el 12-4 en facturación a través del rebote ofensivo dejaban claro que el partido dependía exclusivamente del nivel de intensidad que el Surne Bilbao Basket aplicara en cancha. Y al regreso de vestuarios, ya no hubo medias tintas. Con mates de Jones y Amar Sylla y una penetración de Rabaseda, los anfitriones estiraron el parcial hasta el 20-0, colocaron el 46-38 en el luminoso a falta de algo más de 17 minutos para el final y se acabó lo que se daba.

A partir de ahí, más trámite dentro del trámite, con el Kutaisi derrumbado físicamente pidiendo clemencia y Elijah Joiner mostrando repertorio jugando uno contra uno descaradamente. Dos triples de Kullamae para poner fin a su desacierto, otro de Domínguez para que el público coreara su nombre, mates de Hlinason y un inapelable 63-42 a diez minutos del final tras gozar de una máxima ventaja de 26 puntos.

El objetivo era ya llegar a la última bocina sin sufrir percances físicos y Ponsarnau pudo permitirse la licencia de acabar el partido con un quinteto formado por Kullamae, Iker Chacón, Domínguez, Sylla y Carlos Taboada, con canastas finales celebradas como goles para los dos canteranos como guinda para otro choque de absoluto lucimiento.