El Surne Bilbao Basket regresará mañana miércoles a su primer hogar, a ese pabellón de La Casilla en el que se gestaron sus primeras realidades y sueños de grandeza cuando surgió en el año 2000 como proyecto baloncestístico que debía llenar en la capital vizcaina el enorme hueco dejado en su día por el Águilas, el Kas o el Caja Bilbao. Ese recinto fue el original centro de operaciones de los hombres de negro cuando todavía vestían de colorado, les arropó desde su primera etapa en la LEB-2 hasta su desembarco en la ACB, vibró por todo lo alto con sus ilusionantes primeros cursos en la máxima categoría del baloncesto estatal e incluso les impulsó en su ejercicio de debut en competición continental, en el 2008-09, que desembarcó en la Final Eight de Turín.
Ahora, en plena celebración del 25º aniversario de la entidad, la escuadra vizcaina retorna a una instalación que tiene los días contados para disputar la primera fase de la FIBA Europe Cup dentro de un Grupo J en el que los de Jaume Ponsarnau son claramente favoritos. El regreso se materializará mañana miércoles (20.00 horas) con el Balkan búlgaro como adversario y vivirá dos nuevos capítulos ante el Kutaisi georgiano (6 de noviembre) y el Prievidza eslovaco (13 de noviembre). Además, el club medita la posibilidad de disputar también en La Casilla los choques como local de la siguiente fase, a la que accederá salvo hecatombe.
Antes de su definitivo desembarco en el Bilbao Arena, previo paso por el Bizkaia Arena del BEC, el Bilbao Basket jugó en La Casilla su campaña de estreno continental, en la edición de la Eurocup 2008-09. Con una plantilla formada por Javi Salgado, actual ayudante de Ponsarnau, Janis Blums, Luke Recker, Paco Vázquez, Quincy Lewis, Pedja Savovic, Renaldas Seibutis, Marko Banic, Salva Guardia, Fred Weis, Drago Pasalic y Thomas Hampl, con Txus Vidorreta al mando de las operaciones desde el banquillo y Rafa Pueyo, actual director deportivo, como lugarteniente, los hombres de negro vivieron su bautismo europeo en casa el 25 de noviembre de 2008, con triunfo (78-67) ante el Hemofarm serbio, en el que asomaba ya el gigantesco Boban Marjanovic, que ahora apura en el Fenerbahce su carrera.
En esa primera fase de grupos, hincaron la rodilla también en La Casilla el CEZ Nymburk checo (93-72) y el Buducnost de Montenegro (69-66). En el Last 16 tampoco hubo piedad con el Artland Dragons alemán (71-62), el Spirou Charleroi belga (82-78) y el Lietuvos Rytas lituano (67-59), que posteriormente se proclamaría campeón de esta competición en una Final Eight de Turín en la que la escuadra vizcaina superó al Zadar croata en cuartos (76-67) para tener que rendirse a la lógica en semifinales (73-79) frente al potentísimo Khimki de Jorge Garbajosa, Carlos Delfino, Timofey Mozgov, Maciej Lampe o Vitaly Fridzon, con Sergio Scariolo como inquilino del banquillo.
Precisamente fue el equipo ruso el rival elegido en lo que estaba llamado a ser el partido de despedida de La Casilla como recinto baloncestístico. El 15 de septiembre de 2010, aquel Bilbao Basket que tenía ya a Fotis Katsikaris sentado en su banquillo y que sumaba a ilustres como Aaron Jackson o Kostas Vasileiadis a una plantilla que contaba ya con jugadores que terminarían convertidos en leyendas como Álex Mumbrú o Axel Hervelle para acabar alcanzando la final de la Liga ACB, derrotó a los rusos por 68-65. Y fue también el Khimki el contrincante ante el que el Bilbao Basket regresó de forma efímera a este histórico pabellón. El 9 de noviembre de 2016, en la quinta jornada de la fase regular de la Eurocup, la escuadra entonces dirigida por Carles Duran, que recuperó su original indumentaria roja para la ocasión, tuvo que desplazarse a La Casilla al permanecer el Bilbao Arena ocupado como consecuencia de la disputa del Campeonato del Mundo júnior de bádminton, cayendo por un contundente 72-91 ante una grada repleta con 5.000 aficionados.
La Casilla fue el escenario del debut competitivo en LEB-2 –15 de septiembre de 2000, derrota por 82-91 ante el Tarragona–, de la conquista de la Copa de la categoría en 2002, un fortín sobre el que cimentar los ascensos a la LEB-1 y a la ACB, el escenario de la confirmación en la máxima categoría del baloncesto estatal, el parqué sobre el que bailaron los Marcelinho Huertas, Recker, Savovic y compañía en aquel mágico curso 2007-08 en el que el equipo vizcaino llegó a pasar la Nochevieja instalado en el liderato de la ACB y el enclave en el que se gozó de las primeras noches europeas, que en esta FIBA Europe Cup celebrarán un baile final.