TRAS su previsible derrota del pasado sábado en la cancha del UCAM Murcia, el Zunder Palencia va interiorizando que cuenta con muchísimas papeletas para volver a ser equipo de LEB Oro el próximo curso; el Monbus Obradoiro, con una victoria en sus últimos catorce encuentros, también ve oscuro su futuro deportivo tras caer en casa ante el Baxi Manresa; el Río Breogán pierde en el último segundo por culpa de un triplazo de Markus Howard después de llegar a ganar por 16 puntos en la cancha del Baskonia, dejando pasar una oportunidad de oro para poner tierra de por medio sobre el descenso; el Coviran Granada tampoco escapa de la zona de máximo riesgo tras su derrota en casa ante el Valencia Basket mientras cierra la incorporación del exhombre de negro Scott Bamforth tras la fallida apuesta por Will Barton; Bàsquet Girona y Morabanc Andorra respiran bastante más tranquilos pero tampoco dejan de mirar de reojo hacia abajo por si las moscas... Y mientras tanto, el Surne Bilbao Basket, pese a ver cerrada en Tenerife su racha de cuatro victorias seguidas, observa todo el lío de la zona baja de la clasificación con tranquilidad absoluta, habiendo hecho sus deberes con muchísima antelación, sin agobios.

La derrota del sábado del Obradoiro hizo que los de Jaume Ponsarnau saltaran a la cancha del Pabellón Santiago Martín con la permanencia matemática ya en el bolsillo. Lo que llevaba siendo desde hacía un par de semanas una salvación virtual encontró la rúbrica definitiva de los números, ahuyentando incluso las posibilidades negativas más remotas o múltiples empates tan dañinos como rebuscados cuando a los hombres de negro les quedaban aún seis encuentros para cerrar la temporada regular, lo que puede considerarse un éxito mayúsculo. Mientras que a muchos de los equipos de su liga, la de los modestos, les quedan cinco jornadas entre taquicárdicas y preocupantes, según el caso, semanas de finales deportivas y de mirar de reojo calendarios, resultados y movimientos de despachos ajenos, el conjunto vizcaino, con la satisfacción del trabajo muy bien hecho, se ha ganado un fin de campaña de calma chicha.

El Surne Bilbao Basket ha tenido además la virtud de no verse en ningún momento en una situación comprometida desde el punto de vista de la clasificación. Su notable arranque de ejercicio, con cuatro victorias en los primeros cinco encuentros, le sirvió para fabricar un buen colchón de buenas a primeras respecto a la zona de descenso y si bien es cierto que luego llegó una dinámica negativa de resultados, con ocho derrotas en nueve partidos, seis de ellas consecutivas, la nave no llegó a zozobrar del todo en ningún momento, pues incluso en las peores semanas siempre tuvo un mínimo de cuatro equipos por debajo en la clasificación. A partir de ahí, la solvencia en el Bilbao Arena, donde acumula siete victorias consecutivas en competición doméstica, ha ido construyendo el camino hacia la tranquilidad, hasta convertirla en matemática con la racha de cuatro victorias consecutivas que terminó el sábado en Tenerife.

Tras una jornada en la que los nueve últimos clasificados han caído a manos de los nueve primeros, el conjunto vizcaino se mantiene en la 11ª posición, a un solo triunfo de la décima plaza, en manos del Joventut. El objetivo de la entidad de Miribilla sigue siendo firmar la mejor clasificación final posible para repetir participación europea, si puede ser retornando a la Basketball Champions League. La próxima cita, en Miribilla el próximo domingo (17.00) ante el Monbus Obradoiro.