SURNE BILBAO BASKET: Radicevic (8), Rigo (6), Rabaseda (5), Kyser (11), Rosa (9) -cinco inicial- Goudelock (4), Withey (8), Reyes (15), Fernández (2), Alonso (10), Barandalla (0), Betolaza (4).

FC OPORTO: Maria (12), Mayers (20), Landis (13), Taylor (3), Fink (20) -cinco inicial- Purifoy (6), Santos (3), Almeida (2), Runge (0).

Parciales: 23-15, 52-35 (descanso), 69-58 y 82-79.

Árbitros: García González, Manuel y Sánchez Mohedas. Sin eliminados.

Incidencias: Unos 1.200 espectadores en el Polideportivo Emilio Amavisca de Laredo para el Torneo Batalla de las Flores.

El Surne Bilbao Basket sufrió ayer la cara más cruel del deporte cuando a dos minutos del descanso del amistoso ante el Oporto Andrew Goudelock anotó una canasta flotante de las suyas para dar a su equipo una ventaja de 27 puntos en el amistoso ante el Oporto. La Minimamba sufrió una torsión en la rodilla en su caída y quedó inmóvil en el suelo, siendo consciente de que había sufrido una lesión importante. Los médicos y los fisios de los dos equipos acudieron a atenderle, pero el jugador estadounidense tuvo que ser sacado de la pista en camilla, con la cara tapada con una toalla y entre lágrimas entre el silencio y la preocupación, también, del público del Polideportivo Amavisca. No llegó a nueve minutos su presencia en cancha y ahora los planes del club tienen que dar un nuevo giro, ya que no parece que el regreso de Goudelock, que había llegado a la pretemporada en un envidiable estado físico, vaya a ser cercano en el tiempo.

Es la peor consecuencia de un ensayo que dejó algunos buenos apuntes entre los hombres de negro, a los que la pérdida de su compañero afectó seriamente en la segunda parte. Desde el inicio y hasta que el físico les aguantó, se vio a los de Jaume Ponsarnau con ganas de imponer un ritmo alto, a lo que acompañó el acierto para poner un parcial inicial de 17-5. Francis Alonso apareció como base por la ausencia de Hakanson, el técnico del Bilbao Basket apostó por rotaciones cortas para limitar los esfuerzos y eso permitió al Oporto recortar hasta un 23-18 al aprovechar los desajustes de los bilbainos. Sin embargo, los locales recuperaron el hilo y dos triples seguidos del capitán Tomeu Rigo lanzaron un parcial de 14-0 en unos minutos brillantes, con Álex Reyes anotando triples en llegada, que se prolongaron hasta la desgracia de Goudelock.

El Bilbao Basket quedó tocado en lo anímico, los lusos firmaron un parcial de 0-10 antes del descanso y en el tercer cuarto elevaron su intensidad y recortaron distancias gracias al acierto de Michael Fink. Unos buenos minutos de Michale Kyser jugando de cuatro parecían poner el partido en manos bilbainas, pero el Oporto, que había jugado la víspera, no dejó de luchar e incluso tuvo un triple sobre la bocina para empatar un partido que dejó un regusto muy amargo.

Jaume Ponsarnau

“Hay que seguir construyendo”

lll Bajón anímico. Jaume Ponsarnau reconoció que el partido estuvo condicionado por la lesión de Goudelock “que ha afectado anímicamente al grupo” y por la carga física que tenían encima sus jugadores y que se notó en la segunda parte. “En un momento, el partido estaba para perderlo, pero hemos sabido aguantar”, expuso el técnico catalán, para quien estos partidos deben servir para “construir todas las cosas que nos faltan y hacerlo con rivales diversos puede venir bien ya que contra equipos de ACB a veces te guardas demasiado”. Las cosas ahora serán diferentes sin Goudelock, aunque Ponsarnau no quiso a aventurarse a emitir un juicio hasta que no se conozca el alcance de la lesión.