No fue hace tanto cuando el Bilbao Basket era capaz de tutear e, incluso, vencer a los equipos de Euroliga. Ahora, como se vio ayer ante el Barça, esos rivales pertenecen a mundos opuestos, muy alejados de las actuales posibilidades de los hombres de negro, que se van a jugar la temporada tras las dos semanas de la Copa y las ventanas FIBA y no tienen todavía las piernas ni la cabeza para protagonizar hazañas. Las buenas intenciones que apuntaron en el arranque del desequilibrado duelo de ayer acabaron fagocitadas por la exuberancia física y la defensa del conjunto de Sarunas Jasikevicus, siempre dispuesto a poner las pilas a sus jugadores y más después de una derrota.

El Bilbao Basket inició el choque con energía y soltura, pero ese 11-4 en el minuto 3 duró lo que tardó Jasikevicius en pedir un tiempo muerto para exigir mucha más intensidad a sus jugadores. La consecuencia fue un parcial de 0-10, de esos a los que los hombres de negro se están acostumbrando de forma peligrosa, y que ante un rival tan poderoso son aún más dañinos. El partido se descontroló y eso beneficiaba a los azulgranas, prestos a aprovechar cualquier error de los locales, que se fueron acumulando, sobre todo, en el tiro exterior. John Jenkins se quedó a cero al descanso, con cuatro triples fallados, y los tres únicos aciertos del Bilbao Basket desde 6,75 metros fueron uno temprano de Arnoldas Kulboka y dos enormes de Johathan Rousselle por encima de la defensa de Pierre Oriola.

Tampoco los bilbainos lograban aprovechar las segundas oportunidades conseguidas con su buen trabajo en el rebote de ataque porque el Barça es un equipo con mucho tamaño al que no le importa cambiar asignaciones y colapsar inmediatamente la zona y las líneas de pase con unas posiciones defensivas extraordinarias, que niegan los caminos al aro. Solo Ondrej Balvin podía igualar la batalla física, pero con el paso de los minutos se hizo cada vez más complicado encontrarle en buenas posiciones. La falta de confianza en el lanzamiento de los de Álex Mumbrú no era igual en el bando azulgrana, que se fue a diez puntos (33-43) con un triple de Kyle Kuric a 2.13 del descanso. Parecía que los azulgranas ponían la directa, pero el Bilbao Basket pudo parar esa primera lluvia de golpes con unos buenos minutos en defensa para mantenerse enganchado al partido.

La sentencia

Otro triple de Rousselle para arrancar el tercer cuarto fue el canto del cisne para el Bilbao Basket al que, de repente, se le vino encima un tsunami vestido de rosa fosforito. Brandon Davies empezó a torturar a Balvin con sus tiros a cinco metros y otro parcial de 0-9 precedió a la catástrofe. Dos tiros libres y una canasta tras robo de Regimantas Miniotas pusieron el 46-54 a 6.53 de acabar el tercer acto, pero a partir de ahí la defensa del Barça se convirtió en un muro para los hombres de negro que perdieron ocho posesiones consecutivas y se tuvieron que tragar otro parcial adverso de 0-12 que finiquitó el asunto, sin que fuera una sorpresa su poca destreza para parar el partido y limitar los daños. En medio de ese enjambre de brazos y piernas, el Bilbao Basket apenas pudo encontrar un triple de Kulboka y una bandeja de Álex Reyes. 12-30 fue el resultado de esos diez minutos en los que el Barça no bajó el pie del acelerador.

Jasikevicius pudo entonces refrescar a sus jugadores importantes pensando en la Copa mientras Mumbrú trató de mantener unidos a sus jugadores para que siguieran jugando sin pensar en el resultado. Hubo buenos apuntes defensivos y al final apareció Jenkins para meter sus dos únicos tiros en los tres minutos finales. No es, desde luego, lo que necesita el Bilbao Basket de un jugador al que acaba de renovar para que le impulse hacia la permanencia. Pero el estadounidense sufrió ayer horrores para sacar lanzamientos ante defensores mucho más altos y a ratos se le vio escondido. Con un 25% en triples, resultaba complicado mantener el cuerpo a cuerpo o tumbar a un gigante, pero al menos los bilbainos lograron acabar con una derrota decorosa que remarca la necesidad de mejorar en estas tres semanas sin competición. En este tramo deben aparecer los remedios y las herramientas para sumar las victorias que a estas alturas son imprescindibles y urgentes. Claro, que los tres próximos rivales del Bilbao Basket también van a disponer de ese tiempo. El que mejor lo aproveche será el que pueda salir del pozo.