Con la llegada del verano, se abre paso al de calor y al buen tiempo, y con ello, llegan las escapadas a la playa. Si no nos gusta tomar el sol y tampoco nos apetece bañarnos, los paseos por la orilla son siempre una opción relajante que a la vez resulta muy beneficiosa para la salud.

Escuchar el sonido del mar y disfrutar del paisaje mientras caminamos hace que nuestra mente se despeje y consiga alcanzar ese relax que tanto ansiamos en vacaciones.

Pasear por la orilla del mar, por la playa, además de un placer para los sentidos es también una buena manera de cuidar los pies. Pixabay

Sin embargo, debemos tener en cuenta que las playas nunca son completamente planas, sino que cuentan con una cierta inclinación hacia el mar. Esta circunstancia puede hacer que, si paseamos paralelos a la orilla, a lo largo de esta, nuestro cuerpo se desequilibre al caminar, forzando las articulaciones y haciendo que soportemos más peso en una de las piernas y doblando los tobillos. Haciendo un recorrido de ida y vuelta por el mismo camino puede compensarse, pero hay que asegurarse de volver sobre nuestros propios pasos

Lo recomendable para este paseo es hacerlo durante unos 15 o 20 minutos y elegir un recorrido en el que la arena esté lo más compacta y estable posible. En esta zona los pies se hundirán menos, por lo que el esfuerzo de dar el paso será menor, lo que disminuirá la tensión muscular y la inestabilidad.

Los principales beneficios que nos aportan los paseos en la playa son los siguientes:

1. Quema más calorías. El esfuerzo que hacemos al andar sobre la arena es mayor que si camináramos por otro tipo de superficie debido a que, al hundirse un poco en la arena, hacemos más fuerza en el momento de levantar el pie porque ejercitamos toda la musculatura de la pierna: gemelos, sóleos, cuádriceps y tobillos. Así, andar por la arena blanda hará que quememos hasta un 50% más de calorías.

2. Activa nuestro sistema circulatorio. Estimula en mayor medida el flujo sanguíneo y por ello, es muy recomendable para las personas con varices, hinchazón de tobillos o edemas en las piernas.

3.Fortalece músculos y huesos. Uno de los problemas más frecuentes que tienen las personas mayores son enfermedades como la osteoporosis, que afecta especialmente a las mujeres, y la sarcopenia. El esfuerzo físico adicional que implica caminar por la playa puede ayudar a disminuir estos problemas musculares y óseos. Para aquellos que todavía no hayan entrado en ese rango de edad, también les viene bien para prevenir las lesiones y ayudar a aumentar la fuerza. En este caso, y como complemento, la exposición al sol durante el paseo favorece la absorción de vitamina D, y esta permite que los huesos sinteticen y absorban mejor el calcio.

La fina arena actúa como una suave lima que va suavizando las impurezas de los pies. Pixabay

4. Exfoliante natural. El grano fino de la arena es el instrumento ideal para eliminar las células muertas de la piel por su efecto abrasivo, como el de una lima. Además, combinado con el salitre del mar, se logra una mayor suavidad y elasticidad a nuestra piel, además de ayudar a eliminar las impurezas y mantenerla suave y tersa.

5. Mejora el estado de ánimo. La playa es el sitio perfecto para olvidarse de cualquier preocupación y no estar pendiente de nada más, mejora la salud mental y la autoestima. Además, caminar permite que la cantidad de oxígeno y nutrientes que llega a nuestro cerebro sea mucho mayor, mejorando la salud de nuestro cerebro.

En definitiva, un paseo por la playa nos puede aportar muchos beneficios para la salud, tanto física como mental.